miércoles

6. ¿Te duermes?

Tras la lectura de "El lenguaje dormilón" intenta recordar personas de tu ámbito cercano o bien del mundo del periodismo y hasta de la política que creas que abusan de las expresiones de las que habla el artículo periodístico contenido en el Dossier del Módulo I (2.b).
¿Y tú? ¿Cuáles serían tus "frases hechas" o lexías?

51 comentarios:

  1. Bibiana Caballero Guerra2:41

    Tras leer el artículo del “Lenguaje dormilón” he podido observar la presencia de varias frases hechas o muletillas que he de admitir que tras una primera lectura no observé. Algunas de estas frases hechas son; “mal hablado”, “cada dos por tres”, “dale que te pego”.
    Con respecto a personas que me recuerden esas frases hechas, me viene a la cabeza mi abuelo, que siempre que decimos alguna palabra de mal gusto dos dice: “que mal hablaos”. Y mi madre que cuando mi sobrina insiste en alguna cosa dice: “y.. ¡dale que te pego!
    Por mi parte he de decir que no suelo decir frases hechas ni muletillas, No digo que no haya dicho ninguna que puede ser, pero no suelo utilizarlas con frecuencia. Aunque si suelo utilizar “pues nada” al terminar una conversación (pero suele ser por whatsapp), aunque recuerdo que en el periodo de prácticas dije en varias ocasiones: “¿Me explico?” o “¿Lo entendieron?”.

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  2. Lioenl Ortega Báez2:46

    Lionel Ortega Báez

    Teniendo en cuenta que las personas somos seres de costumbres, es casi inevitable la repetición de palabras y frases hechas en nuestras intervenciones orales diarias, hasta el punto de convertirlo en un hábito. Muchas veces lo hacemos de manera inconsciente, como si de un acto reflejo se tratase. Desde mi punto de vista cuando esto se da de manera muy intensa, refleja en cierto modo una falta de vocabulario extenso y esto es una manera de suprimir dicha carencia.
    En mi caso tengo bastantes experiencias de persona de mi entorno próximo que utilizan estas “palabrillas” en sus discursos diarios, palabras tales como: (¿verdad?, ¿verdad?), (¿me explico?, ¿me explico?) hasta tal punto de producir un “sonido” en forma de palabra para afianzar su previo y posterior discurso. La mayoría de los ejemplos anteriormente expuestos hacen referencia a docentes, pues son las personas más presentes que tengo debido a que su contacto casi a diario hace que seas capaz de apreciar estas “manías” o “refuerzos” a la hora de expresarse. Pero presentadores, periodistas que se caracterizan por el uso de sus muletillas, también vienen a mi recuerdo cuando analizo este aspecto (¿vale?, ¿vale?), (¿me sigues?, ¿me sigues?). Muchas veces estas muletillas sirven para reforzar tu posible “fracaso” pues en muchas ocasiones n o se está seguro de lo que se va a decir “ no es porque yo lo diga, pero ..”, “por decir algo”, “como aquel que dice”.

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  3. Vanessa Naranjo Ferrera2:49

    En la actualidad se utiliza el llamado “lenguaje dormilón” en muchos contextos comunicativos. El primero que se me viene a la cabeza es la televisión. Con el fin de alargar ciertos programas, se transmite un montón de información a partir de una idea básica y, al final, si nos detenemos a analizarla, es posible que no nos estén aportando nuevas ideas, sino la misma de forma repetitiva. Además, los políticos suelen añadir adjetivos inusuales que adornan el mensaje y, en algunos casos, quieren decir lo contrario sin que nos demos cuenta, pero “suena bonito”.

    En el caso de los futbolistas, siempre me ha llamado la atención que, normalmente, todos ellos utilizan las muletillas “bueno” o “pero bueno” en numerosas ocasiones.

    Por otro lado, a veces se utilizan este tipo de palabras con el fin de resaltar la importancia o influencia de otras.

    Personalmente, desconozco si uso frases hechas con frecuencia, pero al realizar un discurso oral repito las cuestiones “¿sí?”, “¿vale?” y también abuso de la respuesta “muy bien”.

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  4. Diego Morales Méndez2:52

    Buenos días,
    No han sido muchas las personas que me han venido a la mente tras leer el artículo, si bien es cierto que algunas personas mayores de mi pueblo las utilizan a diario. Sinceramente desconozco la razón por la que la gente de mayor edad utiliza más este tipo de oraciones que los jóvenes. Asimismo, debo admitir que uso con frecuencia esta clase de expresiones, aunque procuro contextualizarlas para su posterior comprensión por parte del destinatario.
    Personalmente las frases hechas que más utilizo son las siguientes:
    A la tercera va la vencida.
    A bote pronto.
    A lo loco.
    Apaga y vámonos.
    Cada loco con su tema.
    El mundo es un pañuelo.
    Estar a dos velas.
    Estar para el arrastre.
    Ser más malo que la quina.

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  5. Mª Inés Estupiñán Henríqez2:57

    Una vez leído `El lenguaje dormilón´ por Francisco García Pérez he de decir que he recordado a tres personas que han pasado por mi vida.

    En primer lugar, mi padre, una persona poco habladora pero que, al hablar, hace alusión a alguna frase hecha como: `pasar las de Caín’. A su vez, de él, he plagiado ‘pasarse tres pueblos’ y ‘pasarlas canutas’.
    Luego, mi tía, es una mujer que cada vez que termina lo que cuenta dice: ¿Entiendes? Muletilla que, quizás, de vez en cuando utilice en mi vida diaria.

    Por otro lado, cuando estuve en el Instituto, una maestra de Historia del arte, según lo que mis compañeros de esos años me contaban, era una mujer que, continuamente, repetía una muletilla, la cual, no recuerdo, pero sí lo que los chicos hacían, y es que se dedicaban a escribir las veces que la repetía en cada clase.
    Por último, y haciendo una autorreflexión sobre las muletillas o frases hechas que puedo emplear diariamente son: ‘Pues nada’, ‘vale’ e ‘Imagínate’ como muletillas y, ‘Como quien no quiere la cosa’, ‘cada dos por tres’ y ‘para gustos, los colores’.

    De esto modo, es preciso añadir que, cada uno de nosotros, como futuros maestros, debemos estar al tanto de en qué cantidad usamos muletillas o frases hechas pues, un exceso uso puede ser perjudicial para el futuro aprendizaje y comunicación de los niños.

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  6. Frecuentemente se escuchan este tipo de expresiones en televisión (informativos, programas del corazón,..), en mi opinión se suelen aferrar a estas muletillas o frases hechas para decorar sus discursos, aunque creo que muchas veces no son conscientes de que las utilizan como tales. Por otro lado, también suelen aparecer mucho estas frases hechas en libros de lectura, que se suelen utilizar para dar énfasis a las historias (incendio devastador, sonrisa angelical, estrecha relación…). También suelo escucharlas en personas cercanas a mí (amigos, familia, profesores…). Se me vienen a la cabeza algunas que suelen utilizar en mi entorno familiar “altas horas de la noche”, “mal hablada”, “dale que te pego”, “cada dos por tres” “y dale perico al torno”. Personalmente, considero que no tengo muletillas que utilice asiduamente, pero reconozco que sí que las he utilizado alguna vez, algunas de esas muletillas son: “vale”, “¿sabes?” y “en plan de…”. Es cierto que el uso de estas expresiones sugiere una muestra de escases de vocabulario, con las que intentamos suplir esas carencias, pero también es cierto que terminamos incluyéndolas como parte de nuestro discurso de una forma inconsciente, pues es lo que oímos a diario.

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  7. Ninfa Falcón2:59

    ¿Quién no usa en su día a día alguna muletilla o frase hecha? Considero que el autor de este artículo tiene mucha razón en criticar este aspecto, ya que hoy, aunque no es debidamente valorado, lo más importante a la hora de expresarnos es ser originales y creativos.

    Queremos, como futuros docentes, transmitir a los niños estos valores y, ¿cómo hacerlo si no predicamos con el ejemplo? (aquí va otra frase hecha). Es esto precisamente lo que debemos cambiar. Recuerdo como muchos de mis maestros abusaban de expresiones hasta llegar a un punto en el que los compañeros nos reíamos al escucharlas. No obstante, estos juegos de palabras también pueden aportar beneficios a nuestro discurso, siempre que no se empleen en exceso.

    Por último, no tengo conciencia de emplear con frecuencia una o varias muletillas en especial. Sin embargo, admito que, como mucha gente, alguna vez he usado algunas como “caldear el ambiente”, “cada dos por tres”, “apretada agenda” o “merecido descanso” entre otras.

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  8. Anónimo2:59

    Tigaday Hernández Sánchez:

    Tras leer el artículo "lenguaje dormilón" se puede observar la multitud de frases hechas y muletillas que usamos en nuestro lenguaje cotidiano y como algunos escritores se adornan con ellos. "Cada dos por tres" "todo el día dale que te pego" "puntualidad británica", estas son algunas de las frases hechas escritas en el texto. yo suelo usar muchas frases hechas como por ejemplo: "Puntualidad inglesa" "Ay mi madre" "Si te visto no me acuerdo" "aquí te quiero ver escopeta". Estas son todas las frases que suelo usar cotidianamente.

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  9. Nereida Reyes Quevedo3:00

    Tras la lectura del artículo, destaco que si hay muchas personas que en su vida cotidiana hacen uso de frases hechas, muletillas… como lenguaje habitual. Realmente, si nos ponemos a pensar podríamos nombrar a muchas personas que hacen uso de muletillas, un amigo, un familiar, un profesor… Pero sin duda, nosotros debemos tener cuidado con el uso excesivo de estas porque como futuros docentes podemos llegar transmitirlas.
    Una de las muletillas que me ha llamado más la atención, puesto que nunca la había escuchado y la primera vez que lo hice fue dicha por una niña de 7 años, es la expresión “Y dale perico al torno” se utiliza para decir a alguien que se está repitiendo mucho.
    Otra de las muletillas que he podido escuchar a lo largo de toda mi experiencia académica, en la mayoría de los maestros es la expresión “¿Me entienden?” Sin duda, es una de las muletillas que los estudiantes podrían destacar de sus maestros.
    Finalmente, una de las lexías que suelo utilizar habitualmente, tanto en el lenguaje oral como escrito es la expresión “¿Sabes?” Siempre que voy a decir algo formulo esta pregunta, aun sabiendo que esa pregunta siempre obtendrá la misma respuesta que es no.

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  10. Natalia Pérez Pérez3:00

    Buenos días,
    Después de la lectura debo destacar que las frases hechas que utiliza el autor son las siguientes: "cada dos por tres", "todo el día dale que te pego". Después de reflexionar y comentar las muletillas que utilizo a la hora de expresarme, mis compañeras coinciden en que utilizo frecuentemente "madre mía", además un sustantivo del que abuso mucho es tía para dirigirme a mis compañeras o incluso muchas veces sin darme cuenta me sale cuando hablo con mi madre. Por otra parte, a la hora de exponer abuso de muletillas como "eeeeh" cuando me quedo sin palabras y hago un descanso UTILIZANDO este apoyo para pensar en lo que a continuación voy a decir. Otra muletilla que utilizo sobre todo hablando por teléfono es "¿enserio?", "¿si?".

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  11. Eliana Godoy Suárez3:00

    La lectura del texto “El lenguaje dormilón” me ha hecho tener una mayor consciencia del empleo constante de frases hechas y de muletillas. Normalmente, hablamos haciendo uso de estos recursos sin apenas darnos cuenta de ello. Muchas veces, lo usamos como un medio para ejemplificar aquello de lo que hablamos, pero me remito a lo dicho, siempre de una forma inconsciente.

    Seguramente, cuando yo hablo, hago un uso excesivo de las frases hechas, pero como lo realizo de forma inconsciente no sé de ninguna que podría compartir.

    Los profesores son aquellas personas que creo que suelen usar este recurso constantemente, es decir, lo tienen adquirido como un hábito que diariamente emplean en sus explicaciones, tanto para explicar la teoría, como para finalizar esta. Un ejemplo de ello puede ser: ¿Ok? Recuerdo que en el instituto tenía una profesora de inglés que hablaba y cada dos palabras decía: “¿Ok?”, lo que muchas veces resultaba un poco molesto, hasta el punto de desconectar y no poder atención a lo que decía, sustituyendo esto por contar el número de veces que decía Ok en una clase.

    En muchas ocasiones, podemos oír frases en los programas de televisión, y que conocemos acerca de esto porque es característico de los personajes televisivos que allí aparecen.

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  12. Anónimo3:02

    Francisco Castellano Rodríguez.

    Tras la lectura del texto" El lenguaje dormilón" he tomado conciencia de la cantidad de muletillas que se usan habitualmente en trabajos cara al publico como pueden ser los de políticos o comunicadores en general sea por televisión , radio o prensa escrita. Como bien aparece reflejado muletillas del tipo "esclarecedor", "denodado", " titánico", "inquebrantable" son tipo de muletillas que se usan en el ámbito informativo para exagerar los tipos de noticia y así captar mas atención posiblemente.
    En cuanto a las personas que me vengan ala mente que usen muletillas habitualmente , podrían ser los futbolistas que usan muletillas como son " la verdad es que.." por ejemplo, o también posibles políticos , como el ex presidente del gobierno José María Aznar que en varios de sus apariciones publicas se dirigía a su receptor con la muletilla " mire usted". También en el ámbito de la filmografía, en algunas películas las muletillas han sido vitales para el desenlace de la misma, como podría ser "la naranja mecánica".
    Personalmente no recuerdo que muletillas me caracterizan pero seguramente , como todos, hemos pecado de abusar de ellas.

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  13. Elias Umpierrez3:02

    Buenos días,

    Hoy en día son muchas las personas que utilizamos frases hechas. La repetición y escucha de las diferentes frases nos han hecho entender su sentido y emplearlas de forma casi automática.
    Hay gran variedad de ellas y en ocasiones, cuesta entenderlas. Hace falta tener una vivencia real y escuchar la frase para poder comprender el momento en el que se emplea.
    Estas frases se utilizan mucho en el día a día de las personas, pero llaman mucho la atención cuando aparecen en la televisión o en los periódicos, ya que muchas veces se emplean las mismas y se hacen notar más. Las palabras como noticia, datos, lucha, etc., siempre suelen ir acompañados de los mismos adjetivos.
    La aparición de este tipo de muletillas es notable en la prensa,pero no se me ocurre ningún personaje al que pueda nombrar del mundo del periodismo.

    Las frases hechas que suelo utilizar son:
    1.Cada dos por tres.
    2.A la ligera.
    3.Al enemigo ni agua
    4.Armar una buena
    5.Apuntarse a un bombardeo
    6.Comer y callar

    Un saludo.

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  14. Lidia Ester Almeida Machado3:03

    La lectura de este texto manifiesta un pensamiento que desde la época del instituto tenía en mente y es que muchas personas que conozco utilizan este “lenguaje dormilón”. De manera inconsciente o como fruto de la costumbre, el uso de muletillas o frases hechas en el discurso de algunos profesores se ha convertido en algo habitual para ellos y, en ocasiones, ha sido motivo de burla o chiste por parte de sus alumnos/as.
    Recuerdo que en el instituto, una profesora siempre utilizaba la muletilla “¿eh?” tras finalizar cada frase y muchos de mis compañeros contaban y anotaban en un papel el número de veces que la decía en cada clase.

    También, mis abuelos, cada vez que tienen algún evento del tipo que sea (comida familiar, excursión, visita de algún amigo…) siempre emplean la frase hecha “si Dios quiere”.

    En algunos programas televisivos, los personajes que aparecen en ellos, normalmente, emplean bastantes muletillas. Un caso conocido por la mayoría, sería el de Belén Esteban, que siempre dice “¿vale?” al finalizar cada intervención, con una entonación muy superior al resto de su relato y haciendo bastante hincapié en dicha partícula.

    En lo referente al ámbito personal, en ocasiones empleo la frase hecha “como Pedro por su casa”.

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  15. Acoidán González Sánchez3:04

    Después de una lectura exhaustiva del artículo “El lenguaje dormilón”, he podido darme cuenta de que muchas de las personas que me rodean ya no solo en mi ámbito familiar, sino también en mis amistades, en personajes famosos en incluso en políticos, utilizan estas frases hechas en su lenguaje habitual.
    Estas frases hechas o muletillas en casos en que se repitan con mucha frecuencia o de forma exagerada, pueden llegar a ser molestas o incluso motivo de burla, por eso, debemos evitar caer en las redes de éstas.
    Una de las muletillas que en los últimos años ha estado muy de manifiesto, es decir “¿vale?” al acabar cada frase. Esta muletilla es la que utiliza un personaje famoso como es Belén Esteban, y que ha hecho que haya sido más reconocida por la sociedad e incluso se haya expandido por toda España.
    Otra muletilla de mi ámbito más cercano y que me ha acompañado desde mi infancia, es la que utiliza mi abuela al referirse a personas que ya han fallecido, por ejemplo, tu abuelo “ que en paz descanse” o, Miguelito “que en paz descanse”. Esta frase hecha se puede considerar lexía aunque creo que también puede ser heredado por tradiciones, o por respeto a las personas que ya no están.
    Finalmente, y hablando de mí, hasta el día de hoy creo que no hay ninguna frase hecha o lexía que yo utilice en mi vocabulario cotidiano y si lo hay, no me he dado cuenta de ello.

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  16. Pelayo Alonso Alonso3:05

    Tras leer el texto, y al igual que le ha pasado a mi compañero Diego, no me han venido muchas personas a la cabeza. De alguna manera, las muletillas, frases hechas son tan cotidianas que muchas veces las pasamos por alto, pero están presentes y más de lo que nos imaginamos. No suelo utilizar muchas frases hechas como apoyatura, sino más bien sacándolas un poco de contexto (como recomienda el autor usar al final del texto). Algunas frases hechas que utilizo son:

    “Eres más malo que el hambre”
    “Se juntaron el hambre con las ganas de comer”
    “Éramos pocos y parió la abuela”
    “Si te he visto no me acuerdo”

    También existen otras coletillas utilizadas con una fu nción fática: la de comprobar si te están siguiendo o no en la conversación. Pueden ser:

    ¿Me oyes?
    ¿Me sigues?
    ¿Sabes lo que te digo?

    Saludos,
    Pelayo

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  17. Una muletilla es una palabra o frase que se repite mucho por hábito, en ocasiones llegando al extremo de no poder decir frase alguna sin ella. En la actualidad, muchas personas hacen uso de las muletillas, tanto como para ganar tiempo ante un diálogo o discurso o simplemente para reaccionar ante una determinada pregunta.

    Un ejemplo de una famosa presentadora de televisión que me gusta mucho es Nieves Herrero, esta presentadora utiliza diferentes muletillas "BUENO, BUENO, BUENO....o ¿DE VERDAD, DE VERDAD?.. Olvidando su frase: PERO... ¿QUÉ ME DICES?.." cuando algo le sorprende. En el año 2003, Nieves tiene un nuevo latiguillo que repite con exageración: “ya, ya, ya”.

    En conclusión, creo que el uso de las muletillas es algo usual en las personas que siempre te ayudan a obtener un corto periodo de tiempo a favor ante la respuesta de algo. El problema es su utilización, creo que no se deberían utilizar de manera repetida, ya que resultaría aburrida y la secuenciación de dichas muletillas distrae a las personas en un determinado diálogo.

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  18. César Sosa Santana3:06

    después de haber leído el " lenguaje dormilón" he caído en la cuenta de que no me paro a pensar nunca en los apoyos que suele usar la gente a la hora de expresarse pero peor aun es que nunca he hecho hincapié en mis propios apoyos. haciendo un poco de memoria me vienen a la mente algunas que suelo escuchar en el entorno rural en el que me suelo mover de forma frecuente como puede ser : primero busca camino, luego carga el burro, lo que esta pa' uno no se lo quita nadie, haces mas horas que un reloj. también podemos fijarnos en los apoyos que utilizamos a la hora de averiguar si te están siguiendo en la conversación como pueden ser: ¿vale?, ¿entiendes?, ¿eh?. personalmente yo uso algunas muletillas a la hora de hablar pero en este momento no me vienen a la mente.

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  19. Bibiana Caballero Guerra3:08

    A partir de la explicación de la profesora, me limito a suprimir del comentario las supuestas muletillas de "¿Me explico?" o "¿Lo entendieron?" que resultan hacer referencia a la función fática o apelativa. Aquí les dejo el comentario suprimido;

    Tras leer el artículo del “Lenguaje dormilón” he podido observar la presencia de varias frases hechas o muletillas que he de admitir que tras una primera lectura no observé. Algunas de estas frases hechas son; “mal hablado”, “cada dos por tres”, “dale que te pego”.
    Con respecto a personas que me recuerden esas frases hechas, me viene a la cabeza mi abuelo, que siempre que decimos alguna palabra de mal gusto dos dice: “que mal hablaos”. Y mi madre que cuando mi sobrina insiste en alguna cosa dice: “y.. ¡dale que te pego!
    Por mi parte he de decir que no suelo decir frases hechas ni muletillas, No digo que no haya dicho ninguna que puede ser, pero no suelo utilizarlas con frecuencia. Aunque si suelo utilizar “pues nada” al terminar una conversación (pero suele ser por whatsapp).

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  20. Mari Carmen Alonso González3:09

    Buenos días,
    Tras la lectura del texto “El lenguaje dormilón”, podemos comprobar como en nuestra vida diaria hacemos uso de las muletillas o frases hechas, no solo en conversaciones coloquiales, también personajes públicos hacen uso de ellas. Por ejemplo, en el mundo periodístico, podemos encontrar varias frases que los profesionales de la comunicación repiten a diario sin darse cuenta: “estamos en el aire”, “conectamos en directo”, “el último balance indica que…pero los estudios demuestran lo contrario…”. Dentro de la escuela también encontramos muletillas. En mi etapa de instituto, recuerdo las siguientes: “¿sí o no?”, “¿me siguen?”, “¿estamos?”
    En mi día a día, las frases hechas que más uso sin darme cuenta son: “¡Ay dios!”, “se te va de las manos” y “gracias a dios”.

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  21. Desde que recuerdo tengo la costumbre de usar ciertas muletillas a la hora de hablar, sobre todo cuanto mayor es mi discurso, cuando mayor es el tiempo que paso hablando.
    He tenido la oportunidad de ver grabaciones de charlas que he dado y he visto que repito expresiones como “por así decirlo”, “por ejemplo” o “básicamente”.
    Cuando he sido consciente de estas muletillas que suelo repetir he tratado de emplearlas menos, aunque suelo acabar empleándolas inconscientemente, incluso parece que las uso más cuando más trato de evitarlas.
    Sin embargo, parece que a la hora de escribir no empleo estas muletillas, aunque tiendo a repetir los verbos en lugar de emplear sinónimos.

    Durante mis prácticas vi que los alumnos, especialmente de cursos superiores, empleaban las muletillas o frases más populares de las series de televisión que veían, como “¿Quieres un pinchito?”, “¿Quieres salami?”, “Eres mi delfín” o “¡Qué follón!”. Las empleaban buscando la risa de sus compañeros y sin saber qué significaban de verdad la mayoría de dichas expresiones, aunque tampoco tenían interés en descubrir el significado.

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  23. Kevin Pérez Hernández3:13

    En general, en estos tres años de carrera, considero la idea que transmite el artículo, “el lenguaje dormilón”, como algo a tener en cuenta y de real importancia, sobre todo para algunas profesiones que utilicen mayormente la palabra como herramienta principal (docentes, políticos, periodistas…). Personalmente y en estos tres años de carrera, algunas muletillas que recuerdo del profesorado son; “bueno…”, “o sea”, “señores”. Y en contextos menos académicos; “jodío”. Personalmente utilizo muletillas del tipo; “ehhh”, “chacho”.
    En cuanto al artículo, hay una idea clara que el autor quiere expresar y es el uso de muletillas o vocabulario común del habla corriente, como así lo define el autor. Esta “ayuda” en un orador de incorporar expresiones hechas, considero que puede quitar personalidad al discurso y es algo muy común, en las que te puedes apoyar en ocasiones, pero no creo que su utilización en exceso sea positiva para el discurso.

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  24. Una vez reflexionado acerca del excesivo uso de las "frases hechas", he de decir que tanto yo, como en mi entorno este tipo de comunicación verbal esta muy de moda.

    Así por ejemplo, nos ayudamos de ellas cuando aconsejamos a alguien; "mejor tarde que nunca", "cada dos por tres", "el que calla otorga", "mejor pájaro en mano que ciento volando", otras veces para reafirmarse en uno mismo; "cuídame de mis amigos, que de mis enemigos me cuido yo", "más claro que el agua", y como no para reclamar sinceridad; " las cosas claras y el chocolate espeso", e incluso para comenzar un diálogo; "tuve un día de perros".

    Las frases hechas desde mi punto de vista, a diferencia de lo que opina el autor, son un gran recurso para personas que carecen de estudios o de capacidad comunicativa, y que gracias a estas, pueden integrarse a cualquier grupo social sin desentonar.

    Son una forma de hablar de todo tipo de temas, el tiempo, la religión, política, o situaciones de la vida donde uno no sabe que decir, como en funerales; "hay que pensar en los que están peor que tu", " nadie escapa a la muerte", "así acabaremos todos algún día", " así es la vida", a esto hay que añadir, las típicas frases de madre o de abuela que aunque no les prestamos la atención adecuada, finalmente acaban dándoles la razón; " a caballo regalado no se le miran los dientes", " hay que mantener siempre dos velas encendidas, para cuando una se te apague, la otra siga encendida". Y así sucesivas frases que nos sirven de auxilio en la comunicación.

    Y sin más me despido, Estefanía Medina MP.

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  25. Marcos Castellano Mederos3:13

    Tras la lectura del artículo del "Lenguaje dormilón" me he dado cuenta de que en la sociedad actual las frases hechas están más que instauradas en nuestro lenguaje; por ello, no es difícil encontrar muchos ejemplos de personas de nuestro entorno más cercano que usen este tipo de frases. Desde familiares nuestras, amigos, parejas... hasta llegar a las personas que nos representan a nivel institucional. Así pues, es común escuchar al presidente del gobierno de canarias decir frases del tipo: "vamos a acabar como el rosario de la aurora”, “hay que cerrarse a cal y canto”, “lo hemos dicho por activa y por pasiva” y otras muchas. Pero incluso más allá de nuestras fronteras, en el ejecutivo nacional, son muchos los parlamentarios, ministros e incluso el presidente del gobierno que utilizan frases hechas tanto de cara a los medios de comunicación cuando realizan una conferencia de prensa como en los diversos debates que se llevan a cabo en el congreso de los diputados.

    Sin ir más lejos, ayer escuchaba en la televisión frases del tipo "en petit comité", “ha echado una mano”, “ha ido de aquí para allá sin rumbo definido” esto implica que a base de escuchar estas frases las vayamos incluyendo en nuestro lenguaje y se usen más, a veces en demasía. Con respecto a mi lenguaje, he de reconocer que no escapo del uso de este tipo de frases y no es raro escuchar salir de mi boca: “Sin lugar a dudas”, “Faltaría más”, “Echar una mano”, “Donde las dan, las toman”, “Cada dos por tres”, “Fuera de contexto”, “Me sacas de quicio”, “A falta de pan, buenas son tortas” o “Hacerse sueco-loco”.

    Además a la hora de hablar en público para realizar una exposición o para explicar un contenido a los alumnos, suelo utilizar mucho el recurso de la muletilla. Para ello, recurro a algar el “perooo…”, “¿no?” y otras que ahora mismo no recuerdo.

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  26. Samantha González Ramírez3:13

    Después de recoger varias ideas del texto y los apuntes del módulo, he llegado a la conclusión de que todos tenemos muletillas y muchos utilizamos frases hechas para ello. No hay nadie que se escape de ellas, aunque algunas son tan comunes que no nos damos cuenta como: "cada dos por tres" o "todo el día dale que te pego".

    Muchos utilizamos muletillas para la función fática, es decir, se utilizan para comprobar que la otra persona está recibiendo el mensaje, no obstante, cuando siempre utilizas la misma palabra para ello, esta se convierte en muletilla como puede ser: "¿vale?", "¿me siguen?" o "¿me entienden?".

    Personalmente, creo que no tengo muletillas, sé que utilizo algunas frases frecuentemente pero no en medio de mis diálogos sino como contestaciones, por ejemplo: cuando me cuentan o preguntan algo que es lógico que no es así, mi respuesta en vez de ser un "no" o un "estas equivocado" es "¿te imaginas?”.

    También me he dado cuenta que cuando me pongo nerviosa, bien porque me enfado, porque no me escuchan o por cualquier otra situación, empiezo a levantar la voz y en el momento que consigo que me presten atención utilizo la muletilla “¿sabes?” o “¿saben?” según el número de personas, esto es, sobre todo, si estoy comunicando cómo me siento.

    De mis compañeros, amigos, familiares, profesores, etc. no me he fijado qué muletillas dicen a no ser que sean muy exagerados o me resulten graciosas, como es el caso de mi profesora de literatura Juany que en vez de decir “vale” o “está bien” utiliza la palabra “chachi”.

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  27. Judit Mendoza León3:14

    Las muletillas es un uso bastante común en España desde los políticos hasta los periodistas. Estas sirven para ayudar a las personas en cualquier discurso o diálogo, pero a veces se hace muy repetitivo este uso, llegando muchas veces a aburrir y a distraer, más pensando en cuando va a decir de nuevo esa coletilla. En este aspecto, recuerdo a muchos profesores, pero el que más rememoro es a esa docente de Lengua Castellana y Literatura con su muletilla que repetía en cada frase de “bueno, sigamos…” o a ese político y presidente del gobierno con su “Mire usted…”.

    Además de esto, hay muchos jóvenes que hoy en día dicen demasiadas coletillas como “¿Qué pasa…?” o “Pues eso…”.

    Finalmente, en cuanto a mí, no tengo conciencia de utilizar alguna muletilla, pero si tengo una palabra que siempre repetía al final de cada exposición, “¿Vale”?.

    Un saludo,

    Judit.

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  28. Es habitual escuchar por todas partes frases hechas, muletillas del idioma y clichés varios. En los informativos, debates de cadenas del corazón, en los mítines y discursos políticos, etc., es muy fácil encontrar varios: cuántas veces habremos escuchado “se trata de un incendio de magnitudes catastróficas” y “es una necesidad imperiosa el hacer…”, entre miles otras, por ejemplo, en el libro “Bajo la misma estrella” se usan muchísimas, como “aflicción imperial”.

    En mi opinión, es sencillo hacerse “fan” de estas expresiones y que la gran mayoría de las veces se usan de forma inconsciente, pues realmente no se percatan de que usan las susodichas.

    Personalmente, también suelo usar ciertas frases hechas, tales como “el mundo es un pañuelo”, “estoy para el arrastre” y “cada dos por tres”; así como muletillas, por ejemplo, “va”, “tío” y “¿sí?”.

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  29. Paula Díaz Hernández3:15

    Buenos días,

    Después de haber leído el artículo “El lenguaje dormilón”, he caído en la cuenta de que, de manera inconsciente, la mayoría de las personas, en mayor o menor medida, utilizamos muletillas o frases hechas.
    En la lectura se enumeran una serie de frases hechas que se pueden escuchar tanto en el entorno más próximo, como en los distintos medios de comunicación, que muchas veces abusan de ese tipo de expresiones.
    En mi opinión, las frases hechas más utilizadas de dicha lectura son: “cada dos por tres”, “todo el día dale que te pego”, “apretada agenda” y “merecido descanso”, entre otras.
    Finalmente, creo que no suelo utilizar muchas muletillas, sin embargo, sí que abuso de expresiones de la función fática tales como “vale”, “entiendes” o “verdad”.

    Un saludo
    Paula D.

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  30. Tras la lectura del artículo de Francisco García Perez " El lenguaje dormilón" me he dado cuenta que las frases hechas, los clichés y las muletillas son utilizadas por todos los ciudadanos en mayor o menor medida. Recuerdo que una vez conocí a una persona que si no utilizaba frases hechas, muletillas o clichés no sabía expresarse. Yo tampoco estoy libre de pecado, ya que en momentos de exposiciones abuso mucho del " vale". Aunque soy consciente de ello e intento evitar la muletilla hay momentos en los que no lo puedo evitar, pero supongo que con esfuerzo y trabajo conseguiré suprimirla de mi repertorio. También, realizando dicha actividad, mi compañera Abenaura me acaba de comentar que también suelo recurrir a terminar las frases con la muletilla "¿no?". Según voy escribiendo este cometnario voy dandome cuenta de mas muletillas que digo y ¡ la siguiente muletilla ganadora es ! " ¿sabes lo que te quiero decir ?. Para terminar con las muletillas y volviendo a mi época adolescente comentar que recurría a una que estaba muy de moda en la época como el " tá ", pero por suerte con los años me rehabilité. ¡Venga, nos vemos!

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  31. Sara García Acosta3:20

    Le lectura del texto “El lenguaje dormilón” invita a reflexionar sobre la forma en la que nos comunicamos en nuestro día a día y cómo lo hacen las personas de nuestro alrededor. Como bien expresa el fragmento, a día de hoy, el uso de muletillas y frases hechas es algo habitual en la sociedad (tanto en un contexto formal como informal).

    Aunque esta crítica girará en torno a la profesión docente, así como las expresiones de tipo personal, no debe olvidarse que hasta personajes famosos, como el anterior rey de España, Don Juan Carlos I, las utilizaba en sus discursos. Se hace referencia, en este caso, a la famosa frase hecha “me llena de orgullo y satisfacción”. Por su parte, personajes de la política hacen un uso excesivo de ciertas muletillas, tales como “mire usted”, “fíjese usted”…o frases hechas como “marear la perdiz”.

    Ahora bien, al recordar profesores de la infancia o actuales, es cierto que muchos de ellos hacen un uso excesivo de muletillas y, sobretodo, de funciones de contacto. Por ejemplo: “¡Escúchenme un momento!”, “¿vale?”, “¿sí o sí?”, “entonces”, etc. Asimismo, una frase hecha muy típica entre los maestros es el famoso “estar en las nubes”.

    Finalmente, hablando desde un punto de vista personal, a la hora de ofrecer un discurso en un contexto formal no suelo emplear muletillas o frases hechas. Sin embargo, en un ámbito más familiar o coloquial, la frase hecha “se te va la pinza” cuando alguien menciona algo fuera de lo normal, está siempre presente. Además, suelo usar ciertas muletillas a la hora de explicarme como, por ejemplo, el “es decir u o sea”. En lo que concierne a funciones de contacto, durante el Prácticum he descubierto que suelo utilizar la lexía “chico” para llamar la atención ante un mal comportamiento. Ej.: “Pablo, chico, para un poco”.

    Un saludo,
    Sara.

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  32. Buenos días,

    Con la lectura del artículo ‘El lenguaje dormilón’, entendemos la evidente crítica del autor hacia el empleo excesivo de las muletillas. Desde el título hasta el final del texto, Francisco García Pérez expone su opinión acerca de la utilización de palabras que realmente sobran en nuestro discurso y acaban aburriendo al oyente.

    En nuestro ámbito cercano podemos encontrar algunos ejemplos de estas personas que hacen usos de muletillas a la hora de hablar. Primero quisiera enfatizar la aparición de estas en los contextos académicos, siendo los profesores los protagonistas. Muchos suelen emplear algunas tales como ‘es decir’, ‘luego’… además de añadir frases hechas como son , … O también en el propio hogar, cuando nuestros padres nos decían o . Pero también solemos encontrar este tipo de expresiones en las redes sociales, como es en el uso de expresiones cotidianas (mayormente vulgares) que repetimos, muchas veces sin darnos cuenta. Por último, las muletillas suelen aparecer en los medios de comunicación, sobre todo, en el periódico.

    Un saludo

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  33. Iván Rodríguez García3:24

    Tras la lectura del texto “El lenguaje dormilón” y de realizar una reflexión sobre el uso de las muletillas en el día a día, he caído en la cuenta de cuanto recurrimos diariamente al uso de estas expresiones.

    Sin ir más lejos, seguramente todos hemos tenido profesores durante toda nuestra trayectoria académica que han utilizado expresiones que nos han llamado la atención, por la cantidad de veces que las repetían, aunque en estas ocasiones las usaban para llamar nuestra atención de vuelta a la clase, por ello, casi todos podemos reconocer el: “escuchen un momento”, “¿sí o no?”, “están en las nubes” o el “¿se me entiende?”.

    Por otra parte, también podemos escuchar este tipo de expresiones en discursos dados por gente con más influencia, los políticos en este caso, escuchando muy a menudo expresiones del tipo: “mire usted, señor…”, “fíjese usted” o “y digo yo…”.

    Por último, y entrando en el tema personal, después de una pequeña reflexión sobre mi forma de hablar, me he dado cuenta de que también suelo utilizar muletillas en el habla diaria tales como: “Sí, ¿no?”, ¿Sí o qué? y “pues nada”. Hay que decir que las dos primeras las suelo utilizar en conversaciones para confirmar lo que me han dicho antes, algo así como: “oye, mañana vamos a ir a… la playa. ¿Sí o qué?”. Y la última la suelo utilizar como despedida, casi siempre de la siguiente manera: “pues nada, ya hablamos”. En resumen, bajo mi punto de vista, casi todos hemos caído alguna vez en el uso de las muletillas para expresar algo o cuando no sabemos qué decir, pero siempre que sea de manera moderada no creo que sea una mala costumbre realmente.

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  34. Mónica Sosa3:40

    Buenas, Una vez leído el texto podemos darnos cuenta de la importancia de este fenómeno, “el lenguaje dormilón” está siempre ahí, eso si hay que separar entre las frases hechas o muletillas y la función fálica del lenguaje, en la cual buscamos que en el discurso haya aprobación por parte del receptor, y decimos cosas como “¿vale?”, sabes, ¿sí?.... pero el artículo no habla sobre eso, habla sobre las muletillas, como bien usa el autor, que usa unas cuantas muletillas como “cada dos por tres”, “ como pedro por su casa”, o “ todo el día dale que te pego”.

    Asimismo en el ámbito más cercano podemos ver como hay una profesora que utiliza como muletillas “chachi”, mis abuelos y personas más mayores y religiosas utilizan la frase hecha “Si Dios quiere”, o “con dios” cuando me voy a ir. Asimismo una niña a la que le doy clase que dice “qué Crema”, y el otro día había una niña finlandesa que está aprendiendo español que me contó que en finlandés había una equivalente a la frase hecha que también utilizaba la palabra crema. Además hay muchas frases que se utilizan como “señores” y “tío” que mucha gente utiliza. También hay mucha gente que utiliza las frases hechas de las series de televisión como “La que se avecina” que utilizan muchas muletillas que les hacen gracia y solo las dicen buscando la gracia.

    En cuanto a lo personal, yo creo que utilizo varios, como “a la tercera va a la vencida”, “cada loco con su tema”, “el mundo es un pañuelo”, “estar a dos velas”, “como pedro por su casa”… y hay muchas más, que aunque no queramos decirlas no nos damos cuenta de que están metidas intrínsecamente en nuestro discurso.
    Un saludo

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  35. Tras la lectura del artículo “El lenguaje dormilón” escrito por Francisco García Pérez en el periódico La Provincia cogemos conciencia del uso del lenguaje de muchas personas que forman parte del mundo de la comunicación. Nosotros, como receptores del mensaje, vivimos rodeados de múltiples frases hechas, clichés, muletillas del idioma, sustantivo seguido de adjetivo, etc.

    Estas nos persiguen a través de distintos medios: el periódico, las noticias, las tertulias televisivas, los discursos políticos, el profesorado o hasta nosotros mismos.

    Debemos, pues, saber utilizarlas de manera controlada, haciendo así que no se vuelvan cansinas o que consigan aburrir nuestro discurso. Distinguiremos, entonces, entre el empleo estético, caracterizado por la presencia de recursos estilísticos con intención estética, y el empleo de dichas frases y muletillas con intención fundamentalmente pragmática.

    Aquí añado un enlace web a un vídeo que muestra el excesivo uso del lenguaje dormilón. Se trata, concretamente, de una parodia a Pedro Piqueras, periodista español:

    A parte de su contenido cómico, es una parodia al lenguaje que utiliza el mismo. Algunos ejemplos son los siguientes:

    “Oklahoma, que por la puerta asoma”
    “Flaquearon las fuerzas cuando más las necesitaban”
    “Échame un cable”
    “Apasionante y también espeluznante partido”
    “Tiempo espeluznante”
    “Sol radiante”
    “Mueran achicharrados”
    “Terrible terremoto”

    http://www.youtube.com/watch?v=DKRFGM06Wag


    Por último, analizando el lenguaje dormilón que suelo utilizar, llego a las siguientes conclusiones:

    -Muletillas: son muy cambiantes, van por épocas y se me pegan con mucha facilidad dependiendo de con quien me relacione. Las más actuales son:

    “y todo eso”, “vale”, “exactamente” y “a ver que pasa”.

    -Función fática o de contacto:

    “¿sabes?”, asentir con la cabeza y mirar fijamente cuando escucho.

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  36. Zeneides Mateo Torres7:50

    Después de leer el artículo del “lenguaje dormilón” he advertido varias frases hechas o muletillas que yo también suelo utilizar, como por ejemplo: “cada dos por tres”, “dale que te pego”, “no caldear el ambiente” “no he tardado ni dos minutos” Otra que también suelo usar es “en menos de dos segundos” o “en menos que canta un gallo”. Varias de estas frases hechas también son utilizadas a mí alrededor, desde mis padres hasta mis abuelos, de quienes suelo escuchar también “ay dios mío”

    Por mi parte, lo que más puedo decir estando frente a un grupo grande de personas es la muletilla “¿lo entienden?”, cosa que, si bien una o dos veces no está de más preguntas puede llegar a convertirse en una muletilla si abusamos de ella.

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  37. Buenos tarde.

    Una vez leído el artículo “El lenguaje dormilón”, he de mencionar que ahora mismo no me ha venido a la cabeza ningún personaje público que utilice frecuentemente las muletillas o las frases hechas. Sin embargo, he de admitir que empleo numerosas frases hechas a la hora de comunicarme con el resto de las personas, como por ejemplo: “Ojos que no ven corazón que no siente”, “las cosas de palacio van despacio”, “Ojo por ojo, diente por diente”, “Los últimos seremos los primeros”, “Estas más loco que una cabra”, etc.

    En cuanto a las muletillas pues considero que no se debería utilizar o no utilizarlas con excesos, ya que genera en el receptor que pierda la atención de la información que se está comunicado para centrarse en cuantas veces utilizas esa muletilla en tu discurso. Sin embargo, mis padres y abuelos utilizan demasiadas muletillas, como por ejemplo: “¿Ehh?”, “Vale”, “¿De acuerdo?”, “Perfecto”, entre otras. Aunque también suelen utilizar frases hechas, pero considero que esto último lo utiliza la gran mayoría de la población.

    Finalmente, como ya han mencionado mis compañeros, también considero que las frases hechas son más utilizadas por la gente mayor que por los jóvenes.

    Un saludo.

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  38. Tras finalizar la lectura “El lenguaje dormilón” publicado por Francisco García Pérez sinceramente no se me venía nadie a la cabeza que no fuera mi madre porque es con la persona que más paso tiempo en casa y hace mucho uso de frases hechas como “si Dios quiere”, “hablando del rey de Roma por la puerta asoma”, “como Pedro por su casa”, “estás como una regadera”.

    Recordando mi etapa en Secundaria tal y como comentaba Lidia las muletillas eran objeto de burla de los estudiantes y podían pasarse toda la hora haciendo un recuento de cuantas veces decía la misma palabra. Entre ellas están: “¿vale?”, “¿de acuerdo?”, “¿me siguen?” .

    En lo que respecta a mi día a día, al menos que yo sea consciente de ello, no suelo usar muletillas, aunque alguna que otra vez sí puedo decir una frase hecha como “las cosas de palacio van despacio” “hay que vivir la vida que son dos días” “ahogarse en un vaso de agua”, “a mal tiempo, buena cara”, “al enemigo, ni agua”, “comerse el marrón”.

    Un saludo.
    Mahelet Suárez Hernández.

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  39. Samuel Pérez Betancor9:58

    Buenas tardes.

    Una vez leído el artículo “El lenguaje dormilón”, se me ha venido a la mente la imagen de mi abuela, ella constantemente utilizaba frases hechas. En todas las conversaciones que se tenían con ella frase siempre aparecía alguna.

    En cuanto a las muletillas, en la carrera hay compañeros y profesores que abusan de ellas, llegando incluso a hacer que mi atención se desvíe.

    Yo suelo usar bastantes frases tipo: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”; “Las cosas de palacio van despacio”; “Estoy a dos velas”…

    Un saludo,
    Samuel.

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  40. La lectura de “El lenguaje dormilón” de Francisco García Pérez me ha hecho dar cuenta del inmenso uso que se hacen de las frases hechas, muletillas, lexías o, como bien se nombra en el texto, del “sustantivo muerto seguido de adjetivo muerto”. Todas ellas son usadas en la gran mayoría de los contextos comunicativos (sobre todo los contextos de la lengua oral), sin embargo, veo una larga distinción de su uso según sea un medio comunicativo u otro.

    Por un lado, es propio de los programas de televisión usar adjetivos (casi siempre los mismos) que hacen llamar la atención del receptor cuando quizás la noticia no sea tan candente como se le quiere calificar. Es una forma de “comercio” que, sobre todo, se utilizan en los programas del corazón, con el fin de mantener al espectador pendiente a esa cadena o incluso se le consigue convencer de que esa noticia que se quiere transmitir reúne las características del adjetivo que se le atribuye y, realmente o probablemente, no es así.

    Además, en los programas de televisión, ciertos “personajes” como Belén Esteban ha difundido lexías con un fondo agresivo y los espectadores no son consciente de ello… Hablo aquí de esa “mítica” frase de: “Por mi hija ma-to”. Son formas incorrectas, bajo mi punto de vista, para un medio comunicativo y, sin embargo, pocos lo ven así. Así mismo, este mismo personaje hace abuso excesivo de la muletilla “¿Me entiendes?”. Es un ejemplo, de otros tantos que hay, que demuestra el uso de las muletillas en todos los programas de televisión.

    Sin embargo, algo con lo que no estoy de acuerdo en el texto es en el uso de frases hechas en textos escritos. No sé si estaré en lo cierto o no, pues no soy una lectora habitual. Quizás sea porque las frases hechas se han normalizado tanto que probablemente no me he percatado de ellas al leerlas… A no ser que sea una frase hecha muy poco adecuada, como la que se utiliza en el texto de “dale que te pego”, pues la veo inapropiada para un texto escrito.

    Si hablamos, por otro lado, de contextos y de personas que hacen un uso sobrepasado de muletillas, bajo mi experiencia, las he escuchado sobre todo en profesores y compañeros a la hora de hablar en público (me incluyo entre ellos). ¿Cuáles son esas típicas muletillas? Las siguientes y, en la mayoría de los casos, al terminar una frase: “… ¿Si?”, “... ¿Vale?”, “… ¿Me explico?”, etc. No obstante, hay muchas otras utilizados al comenzar una exposición (en el caso de nosotros, los estudiantes) o a la hora de dar materia (profesores): “Bueno…”, “Pues…”, “Mmm…”, “A ver…”, etc. Eso sí, no estamos hablando de un uso de ellas puntual, sino de un uso abusivo y constante durante todo el tiempo en el que se está transmitiendo de forma oral.

    No olvidemos que el uso de muletillas suele ser, normalmente, por nervios o por no saber qué decir. En ese caso, es preferible estar callados y pensar qué vamos a decir, antes que volvernos repetitivos o, incluso, que la atención de quien nos escuche se centre más en el número de veces que repetimos las muletillas que en el contenido que realmente queremos transmitir.

    En cuanto a las frases hechas, ahora mismo no tengo un ejemplo concreto de alguien que suela usarlas en demasía, pero si es cierto que recuerdo a mi madre decir mucho eso de… “El camello no se mira la joroba…”.

    De todas estas expresiones del habla, de las más que me suelo agarrar cuando transmito algo a alguien suelen ser las muletillas: “A ver…”, “… ¿Me explico? o “… ¿Entiendes? Así mismo, cuando imparto clases y quiero hacer ver al alumno que algo es muy fácil no falla mi típico… “¡Es pan comido!”.

    Saludos,

    Ana.

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  41. Esmeralda González Lemes11:33

    De una forma u otra, de manera inconsciente, día a día utilizamos el lenguaje dormilón así como lo expone el autor de este artículo. Desde mi punto de vista creo que deberíamos tener cuidado con esas “muletillas” o “frases hechas” a la hora de expresarnos, ya que no está bien visto hacer uso de ellas sobretodo en público ya sea por nervios, estrés e incomodidad entre otros.

    En cuanto a aquellas personas que usan muletillas o frases hechas constantemente, creo que todos de una manera u otra hacemos uso de ella, unos conscientemente y otros de forma inconsciente. Podemos ver ejemplo de ello especialmente en los medios de comunicación (televisión, radio, etc.), docentes, compañeros de clase, “colegas”, etc.

    Sinceramente no me considero una de esas personas que use con abundancia las muletillas, intento tener cuidado con ello, pero si es cierto que cuando hablo con aquellas personas que tengo más afinidad, quizás por la confianza, me doy cuenta que hago uso de algunas de ellas tales como: (¿sí o qué?; ¿cállate?; tía; ¿no?; eeh?) entre otras.

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  42. Buenas tardes,

    Tras la lectura de “El lenguaje dormilón”, me he dado cuenta de la cantidad de frases hechas, clichés y muletillas que somos capaces de decir en nuestro día a día sin darnos cuenta como, por ejemplo, “a la tercera va la vencida”, “a buena hora y con sol”, “el mundo es un pañuelo”, “cada dos por tres”, “bueno”, “¿sí?”, etc.

    Estos se pueden escuchar tanto en las personas de nuestro alrededor como en los medios de comunicación (prensa, radio, Internet, televisión, etc). Concretamente, estoy de acuerdo con mi compañera Vanessa de que en algunos programas televisivos, como los del corazón, los periodistas hacen uso del “lenguaje dormilón” y cuando transmiten una noticia pueden continuar hablando del mismo tema para alargar el programa sin darnos cuenta de que realmente no han aportado ningún dato nuevo.

    Personalmente, en el Practicum III, a la hora de explicar la unidad didáctica en el aula, fui consciente de que utilizaba algunas muletillas como “¿vale?”, “eeeeee”, etc, y también la función fática o de contacto “¿me explico?”, “¿lo entendieron?”, entre otras. En mi opinión, esto es debido a la necesidad que tenemos de comprobar que nos estamos explicando adecuadamente y, además, las utilizamos cuando queremos tener un tiempo para organizar las ideas en nuestra mente, sin darnos cuenta de que es mejor el uso de los silencios que, en este caso, las muletillas.

    Por último, considero que es importante que nosotros, como futuros maestros, analicemos el uso que hacemos de las muletillas o frases hechas, ya que su uso en exceso puede provocar que los niños/as imiten ese modelo erróneo.

    Un saludo,

    Patricia.

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  43. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  44. Tras leer el artículo “El lenguaje dormilón” puedo decir que son muchas las personas que utilizan las “frases hechas” o las “muletillas” en su vida diaria. Así pues, recuerdo algunos/as profesores/as de secundaria que constantemente las utilizaban a la hora de impartir clase. Algunas de las expresiones que más usaban en el aula fueron las siguientes: “¿vale?”, “¿me explico?”, o “¿verdad?”

    Asimismo, considero que se abusa excesivamente (en algunas ocasiones) de las “muletillas” lo que provoca graves consecuencias como, por ejemplo, que el mensaje sea muy repetitivo y aburrido para el receptor o que el receptor no comprenda adecuadamente la información que le transmite el hablante. No obstante, pienso que las personas que emplean asiduamente “frases hechas” recurren a ellas usándolas como “relleno” en el mensaje mientras piensan lo que quieren transmitir o como expresar correctamente lo que pretenden comunicar convirtiéndose estas en un apoyo en su discurso oral.

    Personalmente, desconozco si uso “frases hechas” constantemente aunque puede que haya empleado alguna/s en mi vida cotidiana debido a que estoy acostumbrada a escuchar una gran cantidad de ellas en mi entorno diario y de una manera inconsciente se me “pegan” en mi lenguaje. También, suelo usar frecuentemente expresiones de la función fática a la hora de comunicarme como pueden ser las siguientes: “¿vale?”, “¿me explico?”, “¿lo entendieron?”, “el que calla otorga”, “a la tercera va la vencida”, “meterse en camisa de once varas” o “el mundo es un pañuelo”. Sin embargo, una vez soy consciente de las “muletillas” que empleo intento usarlas lo menos posible o eliminarlas de mi lenguaje ya que considero que no es adecuado emplearlas continuamente en determinados contextos ya que puede traer consigo consecuencias como las comentadas anteriormente.

    Un saludo,

    Ángela.

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  45. Me he identificado tanto en este artículo que incluso he llegado a reírme, siendo consciente y dándole razón, por supuesto. ¿Qué sería de nosotros sin ellas, en esas exposiciones, donde nos comen los nervios y lo único que hacemos es recurrir a titubeos, muletillas con el único objetivo de poder “salir del apuro”? No solo en exposiciones, las utilizamos constantemente en conversaciones con los más cercanos, discusiones, debates. Estamos tan influidos por ellas que ni si quiera somos conscientes de ello, e incluso, los mismos profesores, modelos a seguir.
    En especial, las suelen utilizar las personas mayores, la gente de pueblo, sin menospreciar a nadie, por supuesto. Es más pienso que dan una personalidad graciosa, carismática y simpática… “si Dios lo quiere”, “¡éste!, este es la oveja negra de la familia”, “¡yo digo si a ti te falta un tornillo en la cabeza!” y muchísimas más que se me pueden ocurrir. Si nos paramos a pensar, estas frases hechas hacen que te transmitan el mensaje de forma más humorística, no “tomándote tan a pecho” lo que te está queriendo decir, aunque muchas veces, son muy déspotas.
    Sin embargo, por otra parte, pienso que hay determinados momentos para decirlas o escribirlas. Todo depende del contexto y de la persona a la que te dirijas. También estoy de acuerdo, que el uso excesivo de ellas es muy perjudicial, especialmente en los jóvenes, ya que evitan que la persona se exprese o fomente su vocabulario cambiando esas cultas palabras por un lenguaje más dormilón, porque quizás lo entendamos mejor entre nosotros o quizás porque es más fácil o lo primero que se nos viene. Como leímos el otro día en clase, la lengua va más rápido que la mente y muchas veces habría que mordérsela.

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  46. Vicente Javier González Rodríguez4:52

    Es evidente la realidad de la que habla el texto, pues el lenguaje dormilón que se cita en el artículo convive con nosotros día a día. En general, es conveniente controlar nuestro propio lenguaje en todas y cada una de las conversaciones que mantengamos, pero de una manera u otra, casi siempre, perdemos el hilo, convirtiéndonos en victimas de ese lenguaje, bien por situaciones de extremo nerviosismo, tensión e incluso alegría. Por tanto, es difícil controlar esas `muletillas`, en las que estamos inmersos; y las que podemos escuchar no solo en nosotros mismos sino en los más cercanos (compañeros, amigos, profesores, familia), además de escucharlas repetidamente en los medios de comunicación.

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  47. Efrén Guzmán Alonso11:17

    Francisco García Pérez nos da "una visión esclarecedora" de acerca cómo las muletillas se encuentran en nuestra vida diaria. De esta manera "hace pensar a uno", de como muchas veces para poder llegar a explicarnos, o sentirnos cómodos y seguros de lo que queremos decir, se tiende a recurrir a ellas (muchas veces de manera excesiva; lo que puede llegar a ocasionar en el receptor cierta pesadez).

    Yo, "no me quedo atrás", y "cada dos por tres" en el lenguaje hablado, me doy cuenta "a la larga" de la gran cantidad de clichés que empleo; sobretodo con algunas expresiones, como ya han argumentado mis compañeros, del tipo: "¿... no?"; "¿En serio?"; "¿Que dices?"; "¿Tu me entiendes?", entre otras que suelo decir de manera habitual.

    No obstante, considero que "no están mal empleadas", por así decirlo, sino que en su mayoría, sobretodo las empleadas por la gente de una cierta edad, las emplean también de un modo inconsciente, pero que "al fin y al cabo" forma parte de su forma de hablar y expresarse; posiblemente, debido a que muchos de ellos, a falta de formación académica no han sabido utilizar otros medios "para al y al cabo decir lo mismo".

    En definitiva, resaltar una vez más que soy una persona que tiende a emplear este tipo de recursos en el lenguaje hablado debido a la propia espontaneidad de esta forma de comunicación; y como último, comentar, que también se tiende a utilizar este tipo de expresiones para etiquetar a las personas, algo que utilizan muy bien los cómicos, como "los que se me vienen ahora a la memoria": José Mota y Manolo Vieira.

    Un saludo,

    Efrén Guzmán Alonso 4ºC

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  48. Buenas tardes,

    Tras la lectura del texto “El lenguaje dormilón” de Francisco García Pérez en el periódico La Provincia, me he dado cuenta de que solemos recurrir con bastante frecuente al uso de estas expresiones tanto en el ámbito formal como en el informal.

    Diariamente suelo escuchar “muletillas” o “frases hechas” en mi entorno más cercano: familiares, amigos, profesores, compañeros,…como por ejemplo: “vale”, “¿sabes lo que te quiero decir?”, “hasta mañana si Dios quiere”, “se juntó el hambre con las ganas de comer”, “pues eso”, etc.

    Las frases hechas que suelo utilizar son: “madre mía”, “no hay mal que por bien no venga”, “más claro el agua”, “como quien no quiere la cosa”, “cada dos por tres”, etc. En el caso de las muletillas, no soy consciente de si las utilizo diariamente, solo me doy cuenta cuando tengo que hacer una exposición y, en esas situaciones, suelo evitarlas.

    Un saludo,

    Rosario Cruz.

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  49. Paula Jiménez Medina6:13

    Buenas tardes,

    Tras leer el artículo del “Lenguaje dormilón” me ha venido a la cabeza algunas personas que en su vida cotidiana suelen usar muletillas o frase hechas. Con respeto al texto podemos encontrar varios ejemplos: “Pedro por su casa”, “mal hablado”, “cada dos por tres”… Otros ejemplos que se suelen utilizar son: “El mundo es un pañuelo”, “me lo dijo un pajarito”, “a la tercera va la vencida”, “apaga la luz y vámonos”, “dormirse en los laureles”…

    En mi caso, tenía dos profesoras que solían usar las muletillas con frecuencia. Una de ellas solía acabar cada frase con un ¿sí? Y la otra profesora la acababa con un ¿me explico? Por ello, he de decir que las muletillas son enemigos que muchas veces no nos damos cuenta que las utilizamos y es algo que como futuros profesores debemos evitar.

    Un saludo,

    Paula Jiménez.

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  50. Patricia Fuentes8:13

    Buenas tardes, como "más vale tarde que nunca" aquí viene mi reflexión.

    Estoy de acuerdo con mis compañeros que han expuesto que las muletillas o frases hechas son más usadas por nuestros mayores que por nosotros mismos. Es cierto que todas las frases hechas que uso hoy en día, que son bastantes, se las he escuchado decir a mi madre, abuela o amigos (que en este último caso las han adoptado de la misma manera que yo).

    Me declaro culpable con respecto al uso de frases hechas tales como: "guárdame una cría", "apaga la luz y vámonos", "cada dos por tres", "éramos pocos y parió la abuela", "hablando del rey de Roma", "Dios los crea y ellos se juntan", "se juntó el hambre con las ganas de comer", "y dale", "y dale que te pego", "mi madre", " ay Dios mío", "hasta mañana si Dios quiere", "el que la busca la encuentra", "más claro que el agua", "mirando pa los celajes", "con la mosca detrás de la oreja", "más fría que la pata de un muerto", "sordo como una tapia", "fíate de eso y no comas", "la carne de burro no es transparente", "no da pie con bola", "más pesada que una vaca en brazos", "no se baja del burro", "no da palo al agua", "mejor fuera que dentro", "salirse fuera del plato, "parece que no moja pero empapa", "ni harto vino", "hay que echarle de comer aparte", "coger el tranquillo", "conozco a mis cabras", " a buena hora y con sol", "como una patada en el culo", "agárrate que vienen curvas", ...

    Podría seguir enumerando frases hechas que suelo usar pero "se acabó lo que se daba", he de recalcar que no suelo usar las frases hechas en cualquier situación, intento no hacer uso de ellas en contextos formales, aunque he de admitir que alguna que otra se me escapa por costumbre.

    "Y con esto y un bizcocho..."

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  51. Ainhoa González Castellano13:04

    Buenas noches.

    Tras leer “El lenguaje dormilón”, redactado por Francisco García Pérez, me he dado cuenta de que los clichés y las frases hechas se utilizan frecuentemente no sólo por las personas que están a nuestro alrededor, sino también en la televisión, revistas o en películas. Por ejemplo: Un cliché típico de las películas sería cuando aparece el protagonista que debe elegir el cable de la bomba que debe cortar para desactivarla porque tiene un temporizador. Lo considero un cliché porque son escenas predecibles debido a que se repiten con frecuencia en el mismo género cinematográfico.
    En mí día a día las muletillas y frases hechas que suelo escuchar son: “¿Vale?”, “¿entiendes?”, “hasta mañana si Dios quiere”, “arriero somos y en el camino nos encontraremos”, “ no por mucho madrugar amanece más temprano”, etc.
    Las frases hechas y muletillas que suelo utilizar son: “Las cosas de palacio van despacio”, “el que se pica ajos come”, “cada mochuelo a su nido”, “pues bueno”, “la carne de burro no es transparente”, “sorda como una tapia”, “parece que no moja pero empapa”, “ay Dios”…
    En conclusión, las frases hechas, muletillas y clichés deben de usarse con moderación por parte de los docentes, ya que, como bien han comentado mis compañeros, la mayoría de veces provoca que la atención se disperse hacia este hecho que no tiene que ver con la materia que se esté impartiendo.

    Un saludo,
    Ainhoa.

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