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La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones... The lock opened with a crack while my pulse started racing... |
Blog (Edublog) de comunicación e intercambios literarios. 4º Grado en Ed. Primaria, ULPGC
lunes
12. ESPACIO PARA TU HISTORIA en línea...
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La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Aterrada en mi habitación comencé a sentir escalofríos y la cabeza no paraba de darme vueltas... ¿Será mi hermana? No, no puede ser, ella está de viaje. La puerta se abría demasiado despacio y el corazón parecía estar batallando dentro de mi. Vi ante mis ojos un hombre vestido de negro con un pasamontañas y un arma en sus manos. Creí que eran los últimos momentos de mi vida, pero cuando vi que sus intenciones eran las de robar joyas y objetos de valor comencé a sudar. Pero, de repente cuando estaba a punto de descubrir quién era, la alarma sonó y me desperté.
ResponderEliminarGrupo: Rosario Cruz Peña
Ainhoa González Castellano
Paula Jiménez Medina
Mahelet Suárez Hernández
La historia creada a partir de nuestras intervenciones individuales es la siguiente:
ResponderEliminarLa cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. No sabía si quería saber lo que había dentro, ¿y si no era la que esperaba? Después de dejar la cajita entre abierta me decidí a sacar la llave de la cerradura y abrirla poco a poco. Las pulsaciones iban en aumento mientras las gotas de sudor frío iban recorriendo mi cuerpo debido a los nervios y a la desesperación. Espero que en la cajita haya noticias de él, odio la manera en la que se fue, sin decir nada y sin mirar atrás dejándome sola. Pues sí, era él, pero no eran las noticias que esperaba. En su carta decía que me abandonó en el momento en el que se enteró que había dejado embarazada a la niñera de mi hermana. En estos momentos la niña debe tener dos años, me ha mandado una foto de la niña en la que sale con una muñeca de porcelana, parecida a ella. No me dice su nombre, solo que nació con discapacidad auditiva y que lo ha pasado muy mal, que me echa de menos pero que no puede abandonar a su nueva familia que tanto le necesita.
Paula Díaz Hernández
Samantha González Ramírez
Natalia Pérez Pérez
La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Corrí hasta la ventana, huyendo por las escaleras de emergencia. Estaban cerca pero no sabía que llegarían tan rápido, y de un sobresalto me quedé sentada en la cama sintiendo un sudor frío que recorría todo mi cuerpo. Miré a mi alrededor pensando qué hacer o qué coger, decidí salir de mi habitación y ví como la puerta principal se abrió. Era mi madre que volvía para quedarse. Entonces escuchamos unos pasos y el rostro se desenmascaró. Mi madre cogió una lámpara por si se había colado un ladrón. Se escuchó un golpe seco: era mi novio, que se había olvidado del pasaporte.
ResponderEliminarComponentes del grupo:
Vicente González Rodriguez.
Esmeralda González Lemes.
Ines Estupiñán Henríquez.
Zeneides Mateo Torres.
La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. La extraña llave, en forma de estrella de veinticinco puntas, encajaba a La perfección en la cerradura de aquella puerta de madera blanca. Al otro lado de la puerta, encontré una habitación poco iluminada, decorada con algunos cuadros antiguos, un viejo sofá y una cama. Sentada en el sofá, dislumbré la figura de una persona que a primera vista parecía dormida pero al acercarme pude ver la mancha de sangre en su pecho. Fue entonces, cuando me di cuenta de que había llegado demasiado tarde.
ResponderEliminarComponentes del grupo:
Mari Carmen Alonso González.
Ángela Maria Cabrera Torres.
Rubén Castañeda Sosa.
Haridian Ojeda Hernández.
Corrección:
EliminarSentada en el sofá, vislumbré la figura de una persona que a primera vista...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarAquí adjuntamos nuestra historia cohesionada:
La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Todo estaba muy oscuro y no sabía por qué se oían ruidos en esa habitación, si se supone que yo estaba sola. Cuando me disponía a abrir la puerta sonó el teléfono y me asustó, pero aun así me dispuse a entrar al cuarto, donde seguían oyéndose extraños ruidos. Nada más entrar, noté un gran frío y, en seguida, encendí la luz. La ventana estaba abierta y el viento entraba con fuerza moviendo ruidosamente los objetos menos pesados. Lo primero que pude ver fue aquella caja fuerte abierta de par en par.
La cantidad de dinero que guardaba era escandalosa. Y de ella no quedaba ni un solo céntimo. Nunca pensé que alguien pudiera abrirla de manera tan fácil y rápida. Y yo, señor agente, estaba fuera de mí. Actuaron de manera más rápida y precisa. Parecía como si lo conocieran a la perfección, el recinto, la disposición de las habitaciones, mis hábitos de trabajo…
Justo después caí en la cuenta de que aquel fin de semana había recibido la visita inesperada de mi antiguo esposo. ¿Qué hacía allí después de haberme dejado hace cinco años solo con una carta? Vino a advertirme de que algo grave pasaría y ahora entiendo: el robo.
Estas son mis descripciones y sospechas de lo ocurrido.
Componentes del grupo:
María Ojeda Hernández
Vanessa Naranjo Ferrera
Patricia del Pino Suárez Monzón
Buenos días, esta es la historia que han diseñado Ivonne Brito, Mónica Sosa y Anabel López.
ResponderEliminarLas cerraduras se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. ¿Qué nos esperaría detrás de aquella puerta?¿sería aquella la casa de nuestros sueños? Todas esas preguntas hacía que mi corazón fuera cada vez más rápido. Conseguí abrir la puerta. Todo estaba oscuro y vacío, pero ya podía imaginarme aquí con ella, esto será nuestro pequeño paraíso.
Unos meses más tarde...
Las cosas habían cambiado, sabía que era el momento, ese que tanto hemos ido retrasando y que, desgraciadamente, ha llegado. Cuando entró a la habitación, me bastó con mirarla a los ojos para saber todo lo que quería decirme. Mis hombros se encogieron y una profunda soledad me recorrió la espalda. Ella no paraba de hablar, de darme infinitas razones de por qué ya lo nuestro no tenía solución. Es el momento de continuar nuestro camino, pero esta vez, sin la mutua compañía que nos ofrecimos un día. Yo, sin embargo, solo buscaba la manera de retenerla, pero no encontré las palabras adecuadas, ni los gestos precisos... Entonces una pregunta me vino a la cabeza: ¿cómo te despides de alguien al que no quieres despedir? Solo super decir una cosa: 'gracias por cada instante'. Ella cogió su maleta y salió de la casa, se iba y sabía que jamás nos volveríamos a cruzar en nuestros caminos. Era el fin de todo. Pero dicen que todo fin es un nuevo principio. Tumbada en el suelo permanecí, apoyada en la puerta, esa puerta que cerraba una gran historia.
A la mañana siguiente...
Sonó el timbre. Ignoraba si ella sería capaz de aparecer por nuestra casa tras todo lo que había sucedido. La puerta, completamente abierta, revelaba una sombra y aclaraba mis sospechas. No era ella, sino su madre. Venía a buscar las cosas que su hija había dejado atrás. ¿Cómo podía pensar que volvería a verla?¿quizás pensé que estaría arrepentida?
Hoy...
Olvídala, me repito una y otra vez.
Un saludo
Descubriendo mi ser en un libro
ResponderEliminarLa cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. De repente se oyó el crujido de la puerta entreabrirse, cuando fui entrado lentamente disipé el escritorio en el fondo de la habitación. Paredes llenas de estanterías y a su vez éstas, llenas de libros. Miré a mi derecha y encontré un telón con títeres colgando y a mi izquierda una alfombra enorme con cojines aparentemente cómodos.
Me acerqué al escritorio silenciosamente para abrir los cajones, pero éstos tenían cerradura, así que busqué las llaves por los alrededores de la habitación, al aproximarme a la estantería encontré la llave debajo de un libro. Al verlo quedé fascinada con su portada y decidí emprender una lectura, una vez en el segundo capítulo y después de sentirme más que identificada con la historia, sentí que él había vuelto con la intención de despertar todos esos sentimientos que mi mente trataba día a día de ocultar a mi corazón. Chasquido y dolor fueron actos conjuntos, junto a esas pulsaciones, apertura de recuerdos y ganas contradictorias de actuar, ¿abrazarle o huir?, surgía así mi mayor incertidumbre, pues mi mente quería huir y mi corazón se quería quedar. Por fin amanece y comienza un nuevo día, soñar en tu realidad.
Componente:
Estefanía Medina Ramos
Lionel Ortega Báez
Daida Marrero Rosales
Estaban las luces encendidas. Mi regreso a casa se había adelantado varios días y no podía imaginar la idea de que estuvieran asaltando mi casa. Antes de entrar, llamé a la policía. Me dijeron que me mantuviera fuera, que esperara, pero entre nervios e impotencia entré para ver qué ocurría.
ResponderEliminarAbrí la puerta y lo primero que noté fue un olor a vainilla. Observé el salón. Había alguien tumbado en el sillón. Me miró con ternura y me observó de arriba abajo como si de un objeto se tratase. Era una sensación extraña pero a la vez muy cálida. Corrió hacia mí y me abrazó. Pronto brotaron lágrimas en nuestros ojos y salieron de mi boca dulces y conmovedoras palabras: "tranquila, ya estoy aquí. ¿Y tu hermano?".
Me había refugiado debajo de la manta, buscando cobijo. Y de repente, escuché que gritaban mi nombre. Una, dos y hasta tres veces. Era una voz grave, desesperada y conocida. Se acercó a la cama, levantó la manta, se rió llevándose la mano a la boca y me dijo: "Richard, ¿qué haces ahí? ¡Levántate grandullón, nos vamos a pescar!".
Componentes:
Adela Herrera Ruano
Kevin Pérez Hernández
Elías Umpiérrez Alonso
Estaba en mi cama, como todos los días a la misma hora. Me encontraba sola en casa, porque Laura estaba de viaje, cuando escuché un ruido en la cocina, platos cayendo, entonces bajé y al entrar vi un gato salir por la ventana. De pronto, la cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones, todo estaba oscuro, no había visión, no sabía qué pensar, nadie tiene la llave del apartamento, solo Laura. Cuando más nerviosa me encontraba escuché su voz, -sí mamá, ya llegué a casa, mañana te llamo-. El silencio que volvía a invadir la casa era tranquilizante, así que subí a mi habitación a deshacer las maletas, creyendo que estaba sola, sin embargo, el picaporte de la puerta empezó a girar muy lentamente y mi corazón se revolucionaba. En medio de la oscuridad solo podía ver la sombra de un hombre muy alto, que comenzó a andar hacia mí, y con un pequeño rayo de luz pude verlo, al hombre que me tenía locamente enamorada, con el que quería compartir el resto de mis días, pobre de mi, no sabía el final que me esperaba. Cuando abrió su boca, dos lágrimas cayeron por mis mejillas, decía que no estaba enamorado de mí, su corazón le pertenecía a otra.
ResponderEliminarLidia Ester Almeida Machado
Eliana Godoy Suárez
Acoidán González Sánchez
Nereida Reyes Quevedo
¡Cuánto misterio!
ResponderEliminarLa cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. ¡No me lo podía creer! Dentro de aquel armario se desprendía un olor sumamente desagradable. Tanto el ruido que oí antes como el olor no podían ser reales. ¡Por fin iba a descubrir qué había detrás! De repente, Pocholo, el loro salió volando del armario y Bigotes, el gato, corrió tras él. ¡Cuánto misterio!
Sara García Acosta
Diego Morales Méndez
Iván Rodríguez García
La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Al fin, con la puerta abierta, pude ver de quien se trataba; me tranquilicé. No era mi padre, con el que acababa de discutir, sino mi madre. Vino a consolarme como siempre.
ResponderEliminarTras llorar y escucharla, comprendí que debía disculparme e intentar arreglar las cosas, ya que no se gana nada estando enfadada y triste.
Poco después, volví a oír la puerta y pensaba que era mi padre pero que grata sorpresa cuando de repente, apareció. Se trataba de mi hermano que volvía a casa después de 12 años; la familia Pérez junta de nuevo, como antaño. Ese día no quise ni preguntar ni saber nada, solo disfrutar de la felicidad de tener a mi hermano con nosotros.
Pocos días después, me enteré de que mi hermano lo había pasado muy mal lejos de nosotros pero eso ya poco importaba. Ahora estábamos juntos de nuevo.
Desde ese día aprendí que no merece la pena enfadarse por una pequeña riña con tu padre, que hay cosas en la vida más importantes que eso y que lo importante es disfrutar en familia.
Ninfa Falcón Alemán
Marcos Castellano Mederos
Ariadna Betancor Ojeda, Kevin Laín López, R. Abenaura Martel NAvarro, Judit Mendoza León, Gema Santana Santana.
ResponderEliminar“No todo es lo que parece”
Es la segunda noche que me quedo sola en casa, estoy en una esquina de mi habitación esperando un suceso impredecible. La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Estaba todo oscuro y en silencio. Ruidos, susurros, luces tenebrosas, escuchaba por todos lados…
Del otro lado de la puerta apareció su deforme figura oculta bajo el extravagante abrigo, negro y largo de seda. ¡Era Faustina! La vecina de abajo. Venía con su bastón de rubíes, una antigua reliquia que con los años se había convertido en el objeto más valioso de la Tierra. En mi imaginación surgieron miles de historias surrealistas, que si las pensara dos veces no serían muy creíbles.
De repente, Faustina blandió el bastón en el aire acercándose hacia mí. Retrocedí asustada, confusa, y en ese momento el bastón explotó en mil pedazos. Al final me armé de valor y salí de la habitación y la voz de mi amigo Tomy cortó el silencio del lugar diciendo: ¡Feliz Halloween! Todo había sido una broma.
Un saludo.
Pelayo Alonso Alonso, Patricia Fuentes Rivero, Efrén Guzmán Alonso
ResponderEliminarUn Amor Afilado
Había quedado con ella, no sabía cómo contárselo, era lo más difícil que había hecho en mi vida, me arrepentía. Sabía que no iba a ser nada fácil pero la verdad es que fue mucho más complicado de lo que podía haber llegado a imaginarme.
Oía un "tic-tac" cada vez más lento y un "bom bom" cada vez más rápido. Todo sucedió en un instante, pareció un sueño, una pesadilla, una quimera.
Parecía que la sentía, estaba cerca, de repente la cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. "Tenemos que hablar", sonaba típico, todo el mundo se imagina que viene después de esa frase, pero no se me ocurrió nada mejor para ese momento.
"Te he sido infiel", casi no había terminado la frase cuando se fue sin decirme palabra alguna. La observé por la mirilla con la esperanza de que volviese, pero no sucedió, sin mirar atrás se fue, alejándose por el pasillo cada vez más.
No he vuelto a saber nada de ella, ya ha pasado una semana desde aquel día, "nuestra última conversación". Llegué a casa, escuché el ascensor, sabía que algo no iba bien, la puerta se abrió con un chasquido. Una sombra se iba formando conforme la puerta se abría más y más, podía ver en su mano derecha una figura larga y afilada.
Contuve la respiración pero el corazón me latía tan fuerte que se podía escuchar. Podía oler su perfume, era ella, oía sus pasos, no había duda, estaba aquí. Le temblaban las manos, me miró, tiró el cuchillo, se abalanzó sobre mí.
Mis ojos se cerraban, mi corazón se abría.
La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Corrí sigilosamente hacia el armario, lo abrí intentado hacer el menor ruido posible y, como si de una pluma delicada me tratase, me senté en lo más bajo del interior de mi ropero. Hacía meses que ella no aparecía por casa, ni si quiera para limpiar mi ropa. Probablemente no escuchó mis pasos de la cama al armario, ni tampoco escucharía los pasos que daría en cuanto se despistara para bajar las escaleras despacio, sin prisa. Tenía que comprobar que era ella. Pero, por desgracia nunca me había parado a controlar el sonido de mis pulsaciones. En mis ojos aparecían lágrimas de desesperación. Se acerca. Ya no sirve de nada llamar a papá y mamá. Su mirada era fría y por mi cuerpo comenzaron a andar miles de hormigas, se confirmaba lo peor… “¡Tommy, se te hace tarde! Arriba, ¡ya! Desde que la señorita Carmensa nos dejó no hay quien te ponga firme.”
ResponderEliminarAna Isabel García Rodríguez
Samuel Pérez Betancor.
Fantásticas las "continuaciones"...
ResponderEliminarSaludos cordiales, JuanY
Historia inventada por: Tigaday Hernández Sánchez, Fran Castellano Rodríguez y Cesar Sosa Santana.
ResponderEliminarLa cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Era ella, con un camisón muy sensual. Eran tantas las ganas de hacerlo que me cortaba la respiración, el mismo miedo bloqueaba todo mi cuerpo. Pero me colmó con sus besos de miel y sus caricias de terciopelo. Todo ese bloqueo se desvaneció como la lluvia en pleno agosto. Todo resultó ser un sueño y al despertar sentí como su mismo sentimiento me propiciara una puñalada con el frio acero de un cuchillo. La delgada hoja del desamor hizo que mi vida se desvaneciera como el suave tintineó de la lámpara de la fría habitación.