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64. Página en blanco para un libro en blanco de la LIJ

Ponte de acuerdo con varios compañeros y aloja aquí el Libro blanco de tu grupo en torno a la LIJ. Todo lo que deberías saber de ella, abreviadamente, en apenas dos páginas. Consulta los artículos facilitados en la plataforma (mira el Dossier del Módulo III, actividad 2)

16 comentarios:

  1. Anónimo12:06

    La Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) trata de aquellas obras normalmente escritas por un adulto, con intención de que los receptores sean los niños o adolescentes y que engloba una serie de características que nos embarcan en un mundo en el que la ficción y la realidad están relacionadas. En la LIJ caben todos los géneros de mayor difusión, aunque no es el género el que convierte una obra, por ejemplo, narrativa, en literatura infantil o juvenil. Si una obra literaria tiene sólo por protagonista a un niño, el nivel léxico o la claridad de su exposición es escasa, por tanto, no existe literatura infantil sino lecturas infantiles.

    Lo que caracteriza a una obra de LIJ es la importancia en la intencionalidad del autor al crear la obra y el tratamiento del tema, ya que este hecho y el propio contenido de este hace que se tenga en cuenta que no todos los temas van a interesar a los lectores y que, por ello, su exposición debe ser apetecible para los niños o los jóvenes. Por otro lado, también cobra gran importancia la pertenencia a uno de los géneros de la LIJ, la intención del editor y la recepción de la obra, es decir, que se adecue al fin que se había propuesto.

    Con respecto a los más pequeños se aprecia la importancia de la literatura en la formación de estos. Es completamente necesario que el alumno trabaje la literatura de la manera más cercana posible a la realidad, tratando con historias reales, relacionadas con su vida diaria en busca de la creación de una historia, un cuento, un relato, una obra, etcétera. Si al leer la historia el lector siente un vínculo con esta debido a que se identifica con los personajes y sus problemas o aventuras, le resultará mucho más atractivo que leer una historia relacionada con algún hecho alejado de su entorno. Sin embargo, también pueden ser recomendables las obras ficticias y de fantasía, puesto que alternando ambos géneros se fomentará más la creatividad y la imaginación, aspectos que poco a poco se suelen perder.

    Por último, aunque la recepción es diferente en la infancia, en la adolescencia y en la juventud, como también lo es según las experiencias del lector adulto, es necesaria una adquisición de las referencias a través de experiencias literarias escalonadas, graduadas según la edad, el tipo de lector y siempre personales e intransferibles. Así que, como docentes debemos ofrecer múltiples opciones a nuestros alumnos, futuros lectores literarios, pero dejando que estas obras sean elegidas por los niños, no impuestas, y nosotros como mediadores.

    Rebeca Allí Rodríguez, Tania Corral Pérez, Sara Mendes de la Torre, Marta Romero Bordón y Elena Velázquez Noda

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  2. Anónimo5:13

    Bajo nuestro punto de vista, la LIJ (literatura infantil y juvenil) son aquellas obras que van dedicadas especialmente a este grupo de edades. Tratando temas cercanos a ellos que les puedan despertar curiosidad, teniendo en cuenta sus intereses. Aunque no siempre los libros les parecen interesantes, estos son necesarios para su formación académica.
    Para trabajar esta literatura en el aula, sería interesante, hacerlo de forma lúdica y significativa en el aula, es decir, con actividades variadas: obras de teatro, role-playing, a través de la escucha activa...
    Teniendo en cuenta los artículos citados anteriormente, en uno de ellos se trata el tema de que, aunque los autores escriban libros para niños y jóvenes, no siempre estos resultan adecuados o motivadores para ellos. Por esta razón, los autores escriben sobre situaciones cotidianas ya creen que es la mejor ficción que existe y también historias en las que los protagonistas sean niños.
    Por otro lado, en el otro artículo, hace referencia a que el canon ha de ser redefinido y actualizado, para que sea de carácter motivador y atractivo para los destinatarios, por lo que también necesitaría una mayor difusión.

    Grupo: Isabel Domínguez Reyes,Lidia Guerra Pérez, Nelson Hernández Sarmiento, Brian Pulido Barbero, Eduardo Santana Cabrera, Ana Belén Rubio Díaz.

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  3. Anónimo5:18

    Santiago Méndez Rodríguez
    Carolina Ramírez González

    "Nuestro concepto sobre la LIJ"

    Para comenzar, debemos tener en cuenta que al hablar de la LIJ no solo nos dirigimos a los niños y niñas como seres ajenos a la realidad, también hay que mostrarles historias y conflictos reales y no siempre ficticios puesto que no están incapacitados para comprender cualquier realidad que se exprese en
    un libro si se hace de la forma adecuada.


    Por eso, la realidad de los niños y adolescentes es cada vez un motivo para que los autores escriban sin ningún tipo de inconveniente libros sobre temas considerados “delicados” en épocas anteriores, temas como la guerra, la muerte, la marginación social, etc. Además, debemos tener en cuenta que se sienten más atraídos por grandes y reales historias que por aquellas que son idealizadas.


    Por los motivos anteriores, las historias dirigidas hacia los niños deben tener
    un argumento llamativo, atractivo, de acción, y, por supuesto con una carga moral adecuadas a su edad, donde se reflejen además ciertos valores educativos.

    No debemos olvidarnos también de la calidad. Las dirigidas a un destinatario infantil deben elaborarse con el mismo patrón de exigencia y consagración que cualquier libro escrito para otro tipo de público (adultos, etc.)


    Por todas estas razones, el universo de lecturas para los niños se hace cada vez más amplio y diverso aunque a algunos adultos, esto les resulte algo chocante, ya que no están acostumbrados a que los niños se sumerjan en historias tan reales y conflictos morales que en otras épocas no podían concebirse en la literatura infantil y juvenil.

    Hoy en día numerosos autores que confiesan escribir para el público en general (no sólo para niños o adultos) se inspiran en argumentos tomados de la vida misma para crear sus historias ya que esta, es la mejor ficción que pueda existir.


    Otro gran compromiso de los autores que pretendan dirigirse al público infantil será el de no mentir en las historias que se conciban para los niños ya que mentirles endulzando la realidad no les aportará nada, sino que les confundirá en su aprendizaje: ”ficción nunca se debe confundir con mentira”.


    En definitiva, para responder a las preguntas sobre qué hace infantil o juvenil a una obra literaria podríamos decir que se trata de una serie de aspectos, entre los que destacamos los siguientes:


    1. La intención del autor
    2. El tratamiento del tema que propone (y el tema en sí mismo)
    3. Forma de expresarse y la construcción de las imágenes
    4. La intención del editor
    5. La recepción de la obra por parte de los niños y jóvenes

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  4. 4ºE, Página en Blanco5:47

    El primer artículo de Enríquez Pérez Díaz, hace una reflexión sobre la importancia de no separar realidad y fantasía por edades, es decir para niños fantasía y para adultos realidad . Habla también sobre el gusto real del niño donde prefieren un libro sobre realidad ya que les parece mas cercano. Además hace énfasis en que detrás de todo esto los Editores están infelices ya que tienen que seguir las pautas de los vendedores para crear una literatura Infantil - Juvenil apropiada segura para la venta fácil .Finalmente, hace referencia a que en el siglo XX , hay dos tendencias , libros para personas y obras de libros puramente para niños . Ejemplo de autoras sería , Astrid Lindgren que considera que solo hay una lectura para niños diferente a la de adultos ,y la otra es María Gripe cree que hay una literatura para personas.

    Segundo Articulo escrito por Verdulla , habla sobre la literatura Infantil- Juvenil en la actualidad , diciendo que las obras infantiles son de escaso valor literario y dando una reflexión por un lado en sentido estricto , en el que muestra como en la literatura Infantil -Juvenil el emisor es el adulto y el receptor son niños adolescentes y jóvenes .Por otro lado, en el sentido amplio las obras no van dirigidas a ningún lector - receptor especifico, o sea que si pueden ser leídos por niños.

    Conclusión :
    Hay muchas contrariedades al igual que similitudes a la hora de tener unas pautas fijas para la elección de la correcta literatura Infantil - juvenil. Bajo nuestro punto de vista, una serie de pautas serían:
    -No existencia de edades, a la hora de la Lectura , pero si hacer adaptaciones, , más que nada por el vocabulario de palabras técnicas que puede que el niño/a no entienda.
    -Que sean temas reales para que el niño se pueda identificar y le parezca más cercano.
    - Que sean lecturas incluyentes
    - Que se trate la literatura tradicional y moderna.
    - Incluya la información necesaria para potenciar la formación del niño.
    - Que abunden las ilustraciones ya sea para adultos o para niños ya
    que al publico adulto también le agradan las ilustraciones , hace más amena la lectura.

    Y por último, que el receptor sea libre para elegir la lectura en función de sus gustos o aficiones.

    Ana María García Lores
    Sara de Fátima Ramos Casiano
    4ºE, Grado en Educación Primaria

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  5. PRIMER COMENTARIO.

    Para comenzar a describir nuestro libro blanco en torno a la LIJ, vamos a explicar por ambas partes lo que más nos ha llamado la atención en cada artículo para la elaboración de nuestro libro.
    En el primer artículo el autor cita varias ideas y muy interesantes por las cuáles estamos de acuerdo en ello. Una de las primeras ideas que nombra este autor es que lo fundamental para hacerle llegar la literatura al niño es elaborar una historia. En ocasiones, los libros que se escriben para niños carecen de argumento o algún conflicto central. No sólo la carencia de un argumento sólido, sino la falta del necesario conflicto, son los lastres mayores en que algunos autores sumen sus historias para niños. Además esa historia tiene que estar contada y redactada como en situaciones que nos podemos encontrar en la vida misma porque eso es lo que realmente le llama la atención al alumnado. Por mucho que el alumno sea un niño, hay que vivenciarlo de literatura actual, de literatura cercana a la realidad que le rodea a nuestros alumnos. La vida misma es la mejor ficción que pueda existir, fuente nutricia e inagotable de inspiración sin fronteras.
    Todos aquellos autores que escriban literatura infantil deben pretender dirigirse al público infantil sin mentir en las historias que se conciban para los niños. Pues la mentira justificante no aportará nada, sino que restará incontables posibilidades de conocimiento, razón y ejercicio a un lector en formación. Ficción nunca se debe confundir con mentira.
    Los escritores deben dirigirse en sus historias a un lector abierto, sin edad marcada, eso sí, abogan por la infancia al tomarla como punto de partida argumental y representar la dura realidad de niños que sucumben a la incomprensión materna o paterna, viven marginados por un divorcio, son injustamente doblegados por una maestra o por familiares represivos que les restan su albedrío y potencialidad creadora. Además deben reivindicar en sus obras, no proponiendo finales felices, sino haciendo meditar al lector sobre problemas reales de la niñez en el mundo de hoy.
    Y por último, respecto a este artículo, está la calidad. Las historias que supuestamente se escriban pensando en un destinatario infantil deben tener el mismo rango de exigencia y consagración que cualquier libro escrito para personas “normales”, es decir, adultas. El niño no es un organismo aparte de nosotros, ni está incapacitado para comprender cualquier realidad que se exprese en un libro si se hace de la manera adecuada. El infantil es un público tan respetable como cualquier otro y nada autoriza a invadir sus libros de diminutivos, eufemismos, etc.
    En definitiva, en este artículo se hace hincapié en esas ideas citadas anteriormente en las cuáles nosotros estamos de acuerdo en cada una de ellas, ya que son bastante importantes para mejor la calidad educativa en cuanto se refiere a la Literatura Infantil.

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  6. CONTINUACION DEL COMENTARIO ANTERIOR.

    Por otro lado, en el segundo artículo se explican otras ideas un tanto importantes para la Literatura Infantil y juvenil que vamos a detallar a continuación.

    En un sentido bastante estricto, la Literatura Infantil y Juvenil sólo aquella obra literaria cuyo emisor es el adulto, y sus receptores en su creación, son niños, adolescentes o jóvenes y sin relación a ninguna actividad educativa. De manera amplia, también son aquellas cuyos autores no las dirigieron a niños particularmente, pero después fue este grupo su principal lector. Pero, ¿basta sólo la intencionalidad del autor para convertir la obra en LIJ? A continuación, respondemos qué hacen infantil o juvenil una obra literaria:
    -Intención del autor: en el momento de la creación, que en muchos momentos es confesado, o en otros donde la intención se oculta en la autorización de la primera edición en colecciones infantiles o juveniles.
    -El tratamiento del tema, o el tema en sí mismo: en realidad todos los temas por sí mismos van a apetecer a todos los lectores, a no ser que su tratamiento lo haga apetecible a niños o jóvenes. Muchos libros infantiles incluyen temas tabúes (homosexualidad, pederastia, muerte,…) tratándolos de una manera especial y diferente.
    -La exposición del argumento en el caso de las obras dramáticas o épicas, y de la construcción de imágenes, en el caso de la lírica: en el caso de la poesía, el problema radica en la misma que se presenta en los adultos, el enfrentamiento entre el deseo elitista del poeta moderno frente al deseo de popularización del poeta tradicional. En cuanto las obras dramáticas o épicas, no es el cometido de la obra literaria ser fiel reflejo de la realidad externa y real sino la interpretación del hombre y del mundo basándose en la invención y plasmación estética, y en el caso de la LIJ esta ha de ser lo más simple posible para llegar a los lectores.
    -La pertenencia a uno de los géneros de la LIJ: está abierta a todos los géneros, aunque realmente queda reducida a los mayores (épica, lírica y dramática). Se excluyen los didácticos como las fábulas, salvo casos muy contados. La narrativa se convierte en el género por excelencia.
    -La intención del editor: el editor no sólo se encarga del papel y la tipografía adecuados, así como las ilustraciones, ya que este se disfruta con los cinco sentidos. Hay que tener especial cuidado con el afán mercantil y económico de los editores, y de una mala elección de los padres que, preocupados por la formación lectora de sus hijos, puedan equivocarse y caer en la “trampa” del editor.
    -La recepción de la obra: lo que hace diferente a la LIJ es el proceso de recepción, el cual es diferente según la etapa, así como según las experiencias del lector. Y, cuando las experiencias son experiencias literarias acumuladas, no son nuestro aprendizaje de literaria, sino nuestra adquisición de las competencias literarias, emparejándolas con nuestras experiencias lingüísticas, que nos permiten adquirir la competencia lingüística. También hay que tener en cuenta los problemas comunicativos del receptor infantil adolescente y joven (evolución psicolingüística, el marco sociocultural que envuelve al lector,…). Los niños y los jóvenes no son adultos tontos, sino que su capacidad de recepción es diferente.

    Autores: Carlos David Rodríguez Afonso, Alfredo Peña Betancor

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  7. Anónimo12:43

    La lectura infantil y juvenil debe estar dotada de realismo, es decir, representar a protagonistas que compartan intereses e inquietudes de los niños, además tratar los problemas actuales y cercanos a éstos como pueden ser los divorcios, marginación, homosexualidad, estereotipos, prejuicios, etc.
    Una historia para los niños también debe incorporar a los adultos y los diferentes aspectos de la sociedad. Pues la aparición de estos hará de la historia un relato vivo, aún más creíble, enriquecedor y donde se le aporte conflictos e imágenes. Es decir, es esencial que los libros no estén dirigidos a adultos o niños, sino a personas.

    Es importante escribir una historia con argumento o algún conflicto central, ya que se tiende a mostrar una realidad idealizada, estática y poco cambiante.
    Para que una obra literaria se considere infantil o juvenil debe ser lúdica, para así atraer el interés de los niños; debe tener fantasía, para fomentar su imaginación. No obstante, uno de los compromisos que se deberían tomar para dirigirse al público infantil es no mentir en los relatos que se crean, porque este tipo de historias no les aportará nada, no los formará como seres pensantes con capacidad de juicio. Es fundamental que la ficción no se confunda con mentira. Además, se debe evitar la utilización de diminutivos y eufemismos.

    Por otro lado, sería idóneo que los niños a través de la lectura estén informados de cómo está su alrededor, con temas como la guerra, la crisis económica, la muerte, son situaciones que los niños también padecen y una de las mejores maneras sería el tratarlos mediante cuentos, historias o fábulas dónde el niño ya le pueda sonar familiar cuando se de en su vida.

    Pero, sobre todo, es importante que transmita un mensaje espiritual y no sólo un mensaje intelectual y cognitivo, para que así los niños desarrollen diferentes capacidades de recepción.

    En la literatura infantil o juvenil es imprescindible adaptar los términos y hacerlos más sencillos para facilitar su comprensión, es decir, contar la historia de forma más clara.

    Ivet Armas Medina, Dunia Romero Herrera, Noelia Santana Espino, Noelia Suárez León, Raquel Tejera Díaz y Beatriz Vega Bordón.

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  8. La literatura infantil y juvenil (en adelante LIJ) ha sido atacada desde prácticamente sus inicios, pero especialmente desde hace más de medio siglo está siendo atacada con nuevas armas, cada vez más sutiles. Entre esas armas destaca una “doble colonización”: por un lado, obras infantiles de escaso valor literario y sin interés para los niños de habla española, así como un desembarco de autores extranjeros o propios, algunos de los cuáles han alcanzado el éxito en otros terrenos y aceptan “rehacer” sus productos para la infancia o la juventud.

    La LIJ es aquel tipo de literatura por la que se sienten atraídos los lectores que se encuentran en los rasgos de edades comprendidos entre la infancia y la adolescencia, como su propio nombre indica. En este sentido, la LIJ se puede definir de la siguiente manera: literatura escrita por los niños o jóvenes, supuestamente destinada a adolescentes y que presenta rasgos fantásticos adaptados a la comprensión de la infancia y al mundo que les interesa a los niños.
    Sin embargo, encontramos otra serie de características con las que podemos definir la LIJ desde otros sentidos. En un sentido más estricto, debemos considerar LIJ solo la obra literaria cuyo emisor es el adulto y sus receptores, en el momento de la creación, son niños, adolescentes o jóvenes. En un sentido más amplio, incluiríamos también aquellas obras cuyos autores no las dirigieron particularmente a ningún lector-receptor y, sin embargo, sea la infancia, adolescencia o juventud su principal lectora.

    Algo que debemos tener en cuenta a la hora de analizar una obra de LIJ es que el hecho de que contenga humor no la hace infantil, el hecho de que una determinada obra sea leída por niños o adolescentes no la convierte en LIJ, ni el género de la obra, ni que el protagonista sea un niño o niña, ni el nivel léxico utilizado convierten a una obra en LIJ, sino en lecturas infantiles.
    Por tanto, para poder determinar qué hace a una obra ser infantil o juvenil, podemos fijarnos en los siguientes factores:

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  9. • La intención del autor. Refiriéndonos a la intención, declarada o no, del autor en el momento de elaboración de la obra. Es en ese momento de creación cuando el emisor debe ser consciente de a quien se está dirigiendo con esa obra, y no cuando la revisa una vez terminada.

    • El tema y como se trata el mismo. Obviamente, siempre se ha considerado que hay temas “intocables” en la literatura infantil y juvenil, como el sexo o la muerte. Sin embargo, no es cierto que haya temas por sí mismos que no puedan ser tratados por la LIJ, sino que hay que saber cómo enfocar esos temas para hacerlos apetecibles para niños y jóvenes.

    • La exposición del argumento y la construcción de imágenes. Las estructuras utilizadas para la exposición del argumento deben ser acordes al nivel de los receptores hacia los que va dirigida una determinada obra.

    • La pertenencia a uno de los géneros de la literatura infantil o juvenil. La LIJ está abierta a todos los géneros tradiciones y modernos, pero en realidad queda reducida a los mayores (lírica, épica y dramática). La narrativa es el género infantil-juvenil por excelencia, aunque los jóvenes presentan también un gran interés por el teatro.

    • La intención del editor. Para que una obra sea considerada como LIJ, no solo necesita contar con la historia en sí, sino que es necesario hacer que esa obra sea atractiva y adecuada para los futuros lectores a los que va dirigida, haciendo que se pueda disfrutar de la misma con los cinco sentidos: imágenes atractivas, letra adecuada, un determinado tipo de papel con su respectivo olor y ruido al pasar las páginas, etc.

    • La recepción de la obra. Esta recepción se debe realizar de una forma escalonada, es decir, adecuando el tipo de obra a la edad de quien la vaya a leer, basándonos siempre en los gustos y convirtiéndola en algo personal e intransferible, todo ello con el objetivo de evitar la “obligación” de hacer leer a los niños y jóvenes determinadas obras.

    Jennifer Paloma Déniz Bethencourt, Jonás Hernández Guedes, Azahara Martín Medina, Kilian Rivero Santana y Tania Santana Sosa.

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  10. Anónimo12:01

    Artículo 1.

    Empezar diciendo que los niños no viven solos en el planeta tierra, ellos conviven con los adultos, que son los encargados de guiar sus pasos.
    En la lectura lo fundamental es escribir una historia con sentido, ya que a veces los libros para niños carecen de argumento o algún conflicto central. A los niños les gusta las cosas reales y no las inventadas, aquellas que les muestran cómo es el mundo. Las historias que se escriben para los niños deben tener acción
    por supuesto, una gran carga moral.
    Por tanto, los autores no deben mentir en las historias que se escriben para los niños. Pues la mentira no aportará nada.
    Las historias que se escriban pensando en los niños deben tener el mismo rango de exigencia que cualquier libro que se escribe para personas adultas.
    Decir que cuando se escribe para los niños tenemos un gran reto, siendo duro, difícil y, a veces incomprendido por muchos.
    Los adultos no deben creer que lo “ideal” es meter a los niños en un caparazón donde nada pudiera rozarles, pero no se dan cuenta que esto es un grave error.
    Este problema se debate hoy día al crear los libros infantiles, donde se debe estimular más en las pequeñas lecturas de autores clásicos y de cuentos fantásticos y que estos estén llenos de parábolas, cuyo mensaje sea ético y humano y que no se escape a los niños de ahora.
    Para acabar decir que, por tanto, la realidad de los niños, adolescentes y jóvenes es cada vez un motivo más fuerte de inspiración para muchos.

    Kevin Adrián Artiles Guerra
    Amanda González Romero
    Deborah Rodríguez Samblas
    Leonor Estévez Oliva
    Laura Ojeda González
    Selene Mesa Doreste

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  11. Anónimo12:02

    Artículo 2.

    Este artículo trata sobre la necesidad de redefinir nuevos criterios en lo que a la literatura infantil y juvenil se refiere. Esto se debe a que la literatura en la época actual se ve amenazada por obras infantiles de escaso valor literario para los niños de habla española. Las obras y adaptaciones de literatura infantil y juvenil actuales suelen estar dirigidas a este público en particular, pero lo que se pretende dejar claro hoy en día, es que aunque el libro no esté dirigido a un público en concreto, este se puede trabajar como literatura infantil, juvenil, adulta, etc… Lo que está sucediendo en la actualidad es una confusión de conceptos, creemos que lo que se consigue con una lectura clara, con un nivel léxico adaptado o un protagonista infantil es literatura infantil, pero realmente este concepto no estaría bien establecido, sino que sería lectura infantil. Los que estudian, crean o promueven la literatura infantil tienen este concepto claro, pero las editoriales y librerías no siempre tienen este tipo de conceptos bien identificados. En este artículo se hace mención a una serie de características que debe poseer una obra literaria infantil o juvenil desde el punto de vista de Luis Sánchez Corral, la intención del autor, a la hora de la creación. El tratamiento del tema, y algunas veces, el tema en sí mismo, lo que se refiere a temas tabúes. La exposición de argumento, en el caso de las obras dramáticas o épicas, y de la construcción de las imágenes, en el caso de la lírica. La pertenencia a uno de los géneros de la literatura infantil o juvenil, género narrativo por excelencia. La intención del editor, lo que al producto se refiere y a las ganancias, donde la avaricia reina por encima de la dignidad. Y finalmente la recepción de la obra.

    Kevin Adrián Artiles Guerra
    Amanda González Romero
    Deborah Rodríguez Samblas
    Leonor Estévez Oliva
    Laura Ojeda González
    Selene Mesa Doreste

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  12. James Ramírez12:20

    La literatura infantil y juvenil de A.Verdulla
    La literatura infantil y juvenil (LIJ) siempre se ha visto afectada por el debate de como distinguir lo que es literatura infantil y juvenil, de lo que no lo es. Deberíamos considerar LIJ solo las obras literarias cuyo emisor es el adulto y sus receptores son niños, Adolescentes y jóvenes y también aquellas obras que cuyos autores no las dirigieron particularmente a ningún lector-receptor y, sin embargo, sea la infancia, adolescencia o juventud su principal lectora.
    Para responder a nuestra pregunta sobre qué hace infantil o juvenil a una obre literaria, podríamos responderla ahondando en los siguientes apartados:

    a) La intención del autor: se refiere a la intención del autor en el momento de la creación, que en muchos casos es confesado, pero en otros muchos no, ya que como dice Juan Ramón “ yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños. Porque creo que el niño puede leer los libros que lee un adulto, con determinadas excepciones que todos sabemos”.
    b) El tratamiento del tema y ,algunas veces, el tema en si mismo: Muchas veces se han declarado temas tabúes, sobre todo para la literatura infantil: muerte, sexo, etc.
    c) La exposición del argumento, en el caso de las obras dramáticas o épicas, y de la construcción de las imágenes, en el caso de la lírica: no se trata de un cambio de tema, sino conseguir la misma estructura narrativa sin pérdida de comprensión por parte d ellos lectores.
    d) La pertenencia a uno de los géneros de la literatura infantil o juvenil: la narrativa es, hoy por hoy, el género infanto-juvenil por excelencia, tanto que algunos confunden literatura juvenil con un subgénero de la narrativa.
    e) La intención del editor: esto hace referencia a que el libro se lee con los cinco sentidos, por lo que la apariencia, la textura, junto al sonido que le ponemos al texto, son la clave para el triunfo del producto final.
    f) La recepción de la obra: aquí nos referimos a la característica aparentemente mas clara para decir si un cuento es LIJ o no, y es el publico que lo recibe, es decir que tipo de publico es el que tiene mayor interés por dicha obra.

    Realizado por Yeray Hidalgo y James Ramírez

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  13. Anónimo12:57

    Literatura para niños de Enrique Pérez Díaz

    Los niños no habitan solos en un espacio ideal, sino que a diario conviven con personas mayores, en buena medida encargadas de guiar sus pasos por el azaroso devenir de este increíble y destruido planeta que llamamos La Tierra. Es por ello, que las historias que supuestamente se pretenden escribir para niños, deben tener un argumento trepidante, verdaderamente movido, agitado, pleno de acción, suspense y, por supuesto, una carga moral que no se debe confundir con la moraleja. Si alguna característica podemos encontrar en los libros mas destacados de la LIJ, es que sus personajes son tan pronto seres amables como odiosos; seres vivos, de carne y hueso, colmados de pasión e infortunio, seres que se enaltecen o envilecen ante nuestros ojos con la misma pasion y vehemencia que ocurre en la vida misma.

    Numerosas corrientes como el realismo crítico, el realismo sucio, la posmodernidad, no son hoy ajenas al entorno de las historias protagonizadas por niños mediante las cuales se pueden escribir las mas grandes verdades, esas que asombran incluso al adulto mas reticente y acomodado en la tradición.

    Para finalizar, hay que hablar de la calidad. Las historias que se escriben pensando en un destinatario infantil deben tener el mismo rango de exigencia y consagración que cualquier libro escrito para adultos. El niño no es un organismo aparte de nosotros, ni esta incapacitado para comprender cualquier realidad que se exprese en un libro si se hace de la manera adecuada. Por lo que el publico infantil es tan respetable como cualquiera y nada autoriza a invadir sus libros como si de seres inferiores se tratara, plegando sus libros de diminutivos, eufemismos y vanos intentos educativos a ultranza.

    Realizado por Yeray Hidalgo y James Ramírez

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  14. Anónimo14:55

    Artículo 1.

    En cuanto a la definición de la Literatura Infantil y Juvenil, podemos afirmar que son aquellos textos dirigidos a los niños que pertenecen a esa edad pero con una serie de características que no siempre se llevan a cabo, siendo su labor lectora dificultosa para los más pequeños, por lo que esto puede acabar en desmotivación lectora para ellos.
    En el primer texto escrito por Enrique Pérez Díaz, se expone que las historias que se cuentan en los libros, deben regirse a la realidad, pero no a una realidad "realista ni apegada a una realidad" sino desde el sentido más literario, donde la historia enriquezca aportando diversos conflictos junto con imágenes, ya que muchos, carecen de ello centrándose más en una perfección literaria.
    Por tanto, el autor defiende que es una pérdida de tiempo tanto para el lector como para el propio escritor ya que no aportan nada a los más pequeños llegando incluso a aburrirlos con una trama tan fría. Esto no se puede llegar a producir si lo que queremos es motivar al alumnado a que lea y no solo lo haga, sino que también disfrute de ella creando su propio mundo interior llevando la imaginación hacia otra dimensión.
    Además el autor expone a lo largo del texto, algo que le ocurre y que a muchos de nosotros también por lo que no creemos que sea mera coincidencia, y es que somos muy pocos los que recordamos cuentos o libros que hemos leído en nuestra infancia. Mostramos coincidencia en que recordamos más todas aquellas historias reales que las inventadas, aquellas historias que muestran cómo es la realidad donde viven.
    Por tanto, todos los libros que se pretendan escribir para niños deben seguir un argumento que capte la atención del lector, con mucha acción, suspense y carga moral. Libros sobre la vida misma, cuyos protagonistas sean personas de carne y hueso, historias que aporten algo y conciban realidades ya que eso también es ficción y no solo aquello que se inventa y que sea de "mentira".
    Deben cobrar más fuerza las historias relatadas de la guerra, la homosexualidad, la muerte, la marginación social, de niños con problemas de conductas, etc. No deben ser tabúes de los que los niños escuchen hablar sin enterarse verdaderamente de lo que es, ignorando así, los problemas que suceden en su realidad más próxima.


    Lilia Navarro Perdomo
    Guacimara Ramírez Alcántara
    Francisco José Henríquez Marcos
    Victoria Guacimara Martín Yánez
    Oscar Hernández Santana
    Mario Pérez Gago

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  15. Anónimo14:56

    Artículo 2.

    Necesitamos redefinir y revalorizar la literatura infantil y juvenil. Las obras infantiles se están quedando obsoletas y solo aparecen adaptaciones que no son ni mucho menos exitosas.
    Libros como Manolito Gafotas, El Capitan Alatriste, no pueden considerarse literatura para niños, solo son simples adaptaciones, por lo tanto solo deberíamos considerar literatura infantil y juvenil aquellas obras que son escritas por un adulto y dedicadas desde el primer momento para niños y adolescentes. El hecho de que contenga imágenes o sea humorística, no la convierte en infantil.
    Si una obra se convierte en infantil solo porque el protagonista es un niño o por su nivel léxico, no hablamos de literatura infantil, sino de lecturas infantiles.
    Por otro lado tenemos a Harry Potter, que consiguió iniciar a millones de lectores a pesar de no tener dibujos y un nivel léxico mayor.
    La intencionalidad del autor, como por ejemplo la de Juan Ramón, quien nunca dijo que Platero y yo fuera para niños y que nunca ha escrito literatura para niños, siendo el niño el que debe escoger que es lo que quiere leer.
    Es el autor el que desde el primer momento de la creación, debe elegir a quien va dirigido, no una vez acabado el libro.
    Se han colocado temas “tabu” en la literatura infantil como el sexo, la muerte, enfermedades…pero lo cierto es que estos temas si que son tratados en sus obras por algunos autores y son los niños los que eligen si les gusta o no lo que están leyendo.
    El novelista Lorenzo Silva, comentaba que le era muy difícil escribir literatura infantil. Su técnica consistía en re-escribir las mismas obras pero haciéndolas más sencillas, más claras, pero que haciendo esto se perdía la esencia de la novela original.
    Por lo tanto, lo que realmente diferencia las obras de literatura infantil, es como se reciben esas obras, si como literatura infantil o como literatura “sin adjetivos”.
    Cada receptor es diferente, no todos los niños son iguales y por lo tanto no todos reciben las obras de la misma manera.

    Lilia Navarro Perdomo
    Guacimara Ramírez Alcántara
    Francisco José Henríquez Marcos
    Victoria Guacimara Martín Yánez
    Oscar Hernández Santana
    Mario Pérez Gago

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  16. Buenas sugerencias y aportaciones. La discusión, por supuesto, no se agota en estos artículos pero sí se advierten las bases...
    Saludos, Juany

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